Las fascinantes aventuras de Ligeti
Ligeti volvió a cautivar en Madrid. Es un seductor, qué duda cabe. El próximo 28 de mayo cumple 80 años y con tal excusa se le dedican esta semana un par de conciertos-homenaje. El primero de ellos ha sido colosal. Por la selección musical, por el formidable nivel interpretativo y por la respuesta sociológica: la sala estaba dominada por un público joven, atento y entusiasta.
Seguramente fue la versión en concierto de las 'óperas' Aventuras y Nuevas aventuras lo que más sorprendió. Por el texto fonético, por la crítica de costumbres, por los valores gestuales. El propio Ligeti ha escrito que "se acerca a una acción escénica imaginaria, ciertamente indefinida en cuanto a su contenido, pero bien definida en su aspecto emocional. Ocurre al revés de lo habitual en una representación operística: la escena y sus héroes son evocados únicamente por la música; no es la música de una ópera lo que se interpreta, sino la ópera que se desarrolla en el interior de la música".
György Ligeti
Concierto para violonchelo y orquesta, Concierto para piano y orquesta, Aventures y Nouvelles aventures (ópera). Proyecto Guerrero. Director: Joan Cerveró. Solistas: Piotr Karasiuk, Ananda Sukarlan, Jane Manning, Lore Lixenberg y Omar Ebrahim. Con la colaboración de EL PAÍS. Auditorio Nacional, 29 de enero.
Misterio
Joan Cerveró acertó de pleno en el planteamiento. Buscó por encima de todo el misterio de las sonoridades, el equilibrio entre el silencio y el gesto, la pureza tímbrica y la serenidad expositiva. Fue una versión limpia de ejecución y con un gran instinto escénico (su magnífica dirección musical de Così fan tutte hace unos meses no fue un golpe de casualidad). La lectura se ajustaba a las intenciones del autor y respiraba teatro interior por todas las esquinas. Se distanciaba además de la probablemente más emblemática representación de esta ópera, la de la Opera Factory de Londres, de finales de los ochenta, con sus desnudos después de una lectura de El capital, de Marx, o de un ejemplar de Playboy, por las protagonistas femeninas.
El trío de solistas en Madrid fue extraordinario, con una Manning inolvidable en su vestido rosa con bolsito añadido y un Ebrahim rebosante de expresividad.
De la misma época de las Aventuras -mediados de lo sesenta, los años del famoso Réquiem utilizado por Kubrick en 2001, por otra parte- es el concierto de violonchelo, resuelto con precisión en los colores y con poesía en las atmósferas.
La pulcritud se extendió al dificilísimo Concierto para piano, de 1985-1988, redondeándose así un concierto tan gratificante como necesario en la vida musical cotidiana madrileña, un concierto que puso de manifiesto también la madurez alcanzada por el Proyecto Guerrero.
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