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Crítica:JUEGOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Infiltración celular

El jugador se convierte en un espía entrenado para actuar en solitario y pasar totalmente desapercibido

Xbox empieza a recibir los primeros juegos que a la estela de Halo demuestran la potencia de la consola de Microsoft. Splinter Cell no se conforma con ser un juego fascinante sino que es capaz de sacar lo mejor de la tecnología en la que funciona. Impresionantes juegos de luces y sombras que le dan una nueva dimensión al concepto de videojuego. En el título desarrollado por Ubi Soft el jugador se convierte en Sam Fisher, un agente que actúa para la Agencia Nacional de Seguridad. Su trabajo como espía consiste en saber pasar desapercibido actuando como una única célula sólo apoyada remotamente por su equipo. Está especializado en la infiltración, en trabajar sin dejar huella, un moderno ninja con todo tipo de juguetes tecnológicos para hacerle más llevadera tan solitaria tarea.

'Splinter Cell'

Desarrolla: Ubi Softz

Distribuye: Ubi Soft

Plataforma: Xbox

Género: Acción

Edad: Mayores de 16 años

Precio: 60 euros

Más información
Splinter cell:

El primer paso es aprobar un examen para acceder a la agencia. Ahí el jugador aprenderá a trepar por muros, a andar con las manos colgado de un tubo, a dejarse caer como un bombero, a cruzar zonas deslizándose por una cuerda, a caminar de espaldas pegado a una pared, a abrirse de piernas para quedar suspendido entre dos paredes y a disparar a lámparas para poder aprovechar la ceguera de las cámaras de vigilancia ante la oscuridad. Todo ello para no ser descubierto y no tener que usar el arma. A pesar de que lleve silenciador, si un espía como Sam Fisher se ve obligado a disparar es porque la situación se le escapa de las manos. La víctima podría ser la única en saber el código para abrir la caja fuerte donde se esconde el objetivo y si está muerta no se la podrá interrogar.

La acción se desarrolla desde un punto de vista en tercera persona. El jugador ve siempre en el centro al protagonista. Con la palanca derecha se inspecciona la zona. Los botones se usan para interactuar con el entorno, como coger una lata y lanzarla lejos para llamar la atención de un vigilante, despistarle y pasar aprovechando el descuido. También para armar los objetos del inventario, como la ganzúa que aprovecha la vibración del mando como intuitivo sistema para forzar las cerraduras.

Es sobre todo gracias al oído y a la visión con lo que Fisher se orienta. Cada superficie que pisa suena distinta dependiendo si se corre por encima de ella, si se anda o si se pasa de puntillas, y ese detalle lo perciben los enemigos. Escuchar con atención permite saber cuántos individuos hay en una habitación e incluso tomar nota de la información. Los privilegiados que conecten la consola a un sistema de altavoces Dolby Digital 5.1 podrán situar las conversaciones y sonidos en el espacio.

Técnicamente, los escenarios rozan la perfección. Primero por las texturas. Los materiales que cubren los polígonos son de alta calidad y no pierden definición al acercarse a ellos. Y segundo por el tratamiento de la luz. Todo proyecta sombras en tiempo real y se utilizan en el juego como para descubrir que tras una pared hay un enemigo. El juego con los rayos de luz es asombroso. Durante un incendio las llamas queman la pantalla y tiñen las paredes de un naranja intenso que casi se diría que desprende calor. El uso del bump mapping para dar relieve a superficies rugosas hace también su efecto en las escenas. Splinter Cell sabe exprimir lo que Xbox ofrece de serie para lograr uno de los pocos títulos que realmente valen lo que cuestan.

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