Sello y estilo

Terminó Chocolate por fandangos su largo recital. E hizo algunas aclaraciones sobre el género, que 40 o 50 años atrás tenía sello y estilo que hoy no tiene. "Porque hoy nadie canta bien por fandangos", dijo. Sello y estilo tuvieron, de sobra, los fandangos chocolateros que cantó, en larguísima y magistral secuencia.

Pero estoy por decir que más importante -por ser cantes de mayor dificultad- fue todo lo que hizo antes. Los cantes básicos que acreditan el fuste de un cantaor: la malagueña del Mellizo, tarantos, soleares, siguiriyas. Increíble, comentó un amigo que se sentaba a mi lado. Y así era, increíble. A sus 72 años, Chocolate está cantando mejor que nunca, mejor que cuando tenía 30 y se encontraba en la pujanza de su arte entonces joven. Pero ahora cuenta además con el valor añadido de la experiencia, sumando belleza a un arte que siempre fue eminente.

Todo lo cantó Chocolate de maravilla. Y en esa maravilla, su extenso cante por siguiriyas superó todas las perfecciones. Se gustó Antonio Carrión acompañándole, porque disfrutaba del cante y ello le motivó para hacer un toque de gran calidad.