A todo gas y sin contaminar

"Es chulísimo. Una pasada de coche, toda una gozada", exclamaron ayer emocionados los alumnos de varios institutos de Alicante, Elche y Sant Vicent del Raspeig que acudieron al instituto Haygón, de esta última localidad, para conocer de cerca las particularidades de un espectacular coche de carreras que funciona exclusivamente con energía solar. "Corre, no contamina y parece un platillo volante", comentaban los alumnos fascinados por el invento.

El proyecto de este vehículo sideral, que se ha realizado por técnicos de las universidades holandesas de Delft y Amsterdam, con el asesoramiento y supervisión de la Agencia Espacial Europea, pretende fomentar el uso de las energías alternativas y renovables. El vehículo solar, bautizado como Nuna, resultó ganador en 2001 en una carrera que cruzó toda Australia, desde Darwin a Adelaida. El equipo Alpha Centauri, que pilotaba el bólido, alcanzó una velocidad media de 91 kilómetros hora. El prototipo está preparado para alcanzar los 160 kilómetros, aunque generalmente no supera los 100 kilómetros.

"Este coche es de carreras, pero no debemos olvidar que esta tecnología se podría utilizar en utilitarios, sólo tendríamos que adaptarlos", comentó la vicedirectora del Instituto Haygón, María García.

La forma exterior de Nuna está construida con materiales de la era espacial, caracterizados por su ligereza y resistencia. El cuerpo principal está hecho de fibra de carbono reforzada con kevlar, un material que se usaba sólo en satélites, y que ahora también se utiliza para fabricar chalecos antibalas. El sistema energético asegura un óptimo balance entre la fuerza de las baterías y paneles solares. "Incluso en condiciones desfavorables, con nubes y el cielo cubierto, la energía acumulada permite su funcionamiento", aseguró García. El vehículo pesa 250 kilos, mide cinco metros de largo, 1,8 de ancho y de alto 97 centímetros.

"Es un coche increíble, no sé cómo lo han hecho, el asiento y las medidas de seguridad que tiene son una pasada", comentaba el alumno Cristián Moreno."La energía alternativa es una pasada, pero falta que la apliquen y se normalice", reconocía. La visita al coche solar se completa con la proyección de un audiovisual que explica el funcionamiento del vehículo y las posibilidades de este tipo de energía, y también se puede visitar una exposición de dibujos, elaborada sobre este coche por los propios alumnos.

Un grupo de alumnos del IES Canastell comentaron: "nos parece muy bien, es una forma de ahorrar energía". "Para mí, 3.000 kilómetros en unos días es mucha distancia, aunque sinceramente pensabaque iba a ser más grande", dijo Carlos Pascual, de 17 años. Su compañera Silvia puso una objección: "Me hubiera gustado que funcionara, aunque subir no me da miedo".

"Con esta energía ahorramos, aunque creo que no podremos aplicarla hasta un futuro lejano", dijo Raúl Sanchez, de 14 años. "Es muy chulo, me parece fantástico, espero que cuando sea mayor tenga un coche asi, añadió". "El único problema es que sólo cabe una persona y que sería muy caro tener uno", apostilla Carlos Juan, de 13 años. "Me gusta y está bien, aunque un poco más alto hubiera sido mejor", se lamenta.