La policía cree que el asesino de dos mujeres en Barcelona mató a la primera por error
Las dos víctimas, asesinadas con once días de diferencia, presentaban muchas similitudes
Con la cautela que requiere el secreto sumarial y todavía con muchas piezas por encajar, ayer trascendió una primera hipótesis que explicaría el asesinato de dos mujeres en un mismo aparcamiento del barrio del Putxet de Barcelona. Los investigadores sospechan que el objetivo del asesino era la mujer de 47 años que fue hallada muerta el pasado miércoles, la que podría haber sido confundida por su edad y parecido físico con la asesinada el 11 de enero. Pero la policía no descarta que tras los crímenes pueda haber un perturbado o un asesino en serie, lo que atemoriza a los vecinos.
De momento, lo único que está claro es que las dos víctimas tenían muchas cosas en común: rondaban los 45 años, tenían un físico similar y aparcaban sus vehículos en el mismo número de plaza, aunque en plantas diferentes. Y la policía sólo se atreve a dar un solo hecho por práctimente seguro: que tras los dos asesinatos hay una misma persona.
Sin embargo, se barajan diversas hipótesis sobre el móvil del autor o autores de los asesinatos. Los investigadores se inclinan, en una primera hipótesis, porque los asesinatos sean obra de un sicario que se habría equivocado con la primera víctima, Maria dels Àngels R. B., de 49 años, asesinada el pasado 11 de enero a cuchillazos.
Otra hipótesis plausible es la posibilidad de que ambos crímenes sean obra de un perturbado que ha repetido la acción al ver que la primera vez actuó con total impunidad. Una tercera vía de la investigación, la menos probable, apunta a la posibilidad de que el autor sea un asesino en serie, lo que la policía duda porque a parte del lugar y el parecido de las víctimas no hay más lazos entre los dos asesinatos.
Además, en ambos crímenes se ha utilizado una forma de matar distinta, ya que la primera mujer murió acuchillada y la segunda, María Teresa de Diego Rodríguez, de 46 años, fue asesinada el miércoles a golpes con un objeto contundente todavía no identificado.
Bolsas de plástico
A las similitudes de las dos víctimas se une que el autor o autores de los asesinatos dejó dos bolsas de plástico sobre los cadáveres de las mujeres y que sus cuerpos fueron hallados a unos dos metros de distancia, en la misma quinta planta del aparcamiento subterráneo. Asimismo, las dos plazas número 15 del parking están situadas cerca de la puerta de acceso a la escalera del aparcamiento.
En lo que no hay dudas es de que el autor o autores de los dos asesinatos pudieron cometer los actos sin demasiadas complicaciones. El lugar de los hechos, un aparcamiento subterráneo situado en una calle de la zona alta de Barcelona y sin mucho tráfico, les facilitó las cosas.
Las cinco plantas del aparcamiento, donde caben un centenar de coches, carece de vigilancia, no tiene cámaras de seguridad y nadie puede saber exactamente cuántas personas tienen acceso al recinto. De hecho, los cadáveres de las dos mujeres se encontraron, según varios testimonios, horas después de que tuvieran lugar sendos asesinatos.
El marido de la mujer asesinada el pasado miércoles se desmoronó ante los periodistas y, en declaraciones a la agencia Efe, pidió a la policía que extreme las medidas de seguridad en la zona de los crímenes, una tranquila área del barrio de Sant Gervasi de Barcelona.
Enfadado, nervioso, excitado, con la voz trémula y con mucha rabia en su interior, el marido se quejó del clima de inseguridad que, en su opinión, se respira en el barrio desde hace tiempo. Para ello pidió más vigilancia en el área y no sólo en el aparcamiento afectado: "El aparcamiento me da igual. Que controlen la calle. La culpa no es del aparcamiento, sino de los comedores de indigentes y de la gente que viene aquí", declaró.
Según el marido de la segunda víctima, en el barrio no se notó ninguna mejora en la seguridad tras el primer asesinato, ocurrido el pasado 11 de enero.
En este sentido, explicó que, pese a que su mujer dejaba el coche en este aparcamiento, no se enteró del primer crimen hasta mucho después de los hechos, ya que nadie explicó nada a los propietarios o arrendatarios de las plazas. "La policía no informó de nada. Yo me enteré porque vi un ramo en el aparcamiento y pensé que igual se había muerto un perro".
También arremetió por lo que él considera una falta de celo de las fuerzas de seguridad. "Ni policía ni nada. No lo puedo entender. Si esto es el sálvese quien pueda, que lo digan y que dejen que las mujeres lleven pistola. Mi mujer decía que quería llevar un cuchillo y yo me reía". Y prosiguió: "Mi mujer siempre me decía que estaba acojonada cada vez que pasaba por aquí, pero no vamos a dejar el coche en la calle, porque tengo 1,2 millones de pesetas en multas", señaló.
La mujer asesinada el pasado miércoles era conocida en el barrio por regentar, junto a su marido, un gimnasio situado a cien metros del aparcamiento, en el que ella ejercía como monitora de aeróbic.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.