Los hispanos ganan en EE UU

Desde esta semana la historia de Estados Unidos ya no se podrá escribir sólo en blanco y negro, tendrá también acento español. Al convertirse los hispanos en la primera minoría del país, desplazando a los afroamericanos, la raza dejará de ser el único elemento que defina todos los aspectos de la vida, la política y la economía de Estados Unidos como ha sucedido en el último medio siglo. Para los 37 millones de hispanos, eso se traduce en una mayor adquisición de poder. "Es un cambio fundamental, de un enorme simbolismo histórico", señala Roberto Suro, director del Pew Hispanic Center.

Los demógrafos llevaban años pronosticándolo, pero el anuncio de los últimos datos del censo ha oficializado el ascenso de los hispanos: han crecido un 4,7% entre abril de 2000 y julio de 2001, de 35,3 millones a 37 millones, lo que representa un 13% del total de la población. Durante el mismo período, la población negra creció sólo un 2%, de 35,5 millones a 36,1 millones. Los blancos siguen siendo la mayoría, con 199,3 millones sobre una población total de 284 millones.

La elevada tasa de natalidad y las oleadas de inmigrantes impulsan el crecimiento

Dos factores han impulsado el crecimiento: la elevada tasa de nacimientos y las continuas oleadas de inmigrantes, directamente proporcionales a las crisis en América Latina. Oficialmente, más de medio millón de latinoamericanos emigran a Estados Unidos anualmente, pero esa cifra no incluye a los miles de indocumentados.

Los políticos y los anunciantes hace también tiempo que conocían el empuje de los hispanos y llevan años cortejándolos. El presidente, George W. Bush, no pierde la ocasión de hablar en español, incluso ha hecho un discurso radiofónico íntegramente en español, y en los Estados con una fuerte presencia hispana (California, Tejas, Florida y Nueva Jersey) es habitual que los políticos hagan campañas en español. La política no es, sin embargo, el terreno donde los analistas creen que las nuevas cifras del censo producen un impacto inmediato, en parte porque hay millones de hispanos que no han adquirido la ciudadanía estadounidense y por tanto no pueden votar.

Sólo seis millones acudieron a las urnas en las últimas elecciones generales. Se debe en gran medida a que muchos no han alcanzado la edad de votar -casi tres millones han nacido en Estados Unidos y tienen entre 12 y 17 años- y en parte a que lo primero que les preocupa es su prosperidad econónica. Ese segmento de población juvenil podrá influir en los resultados electorales en 2004 y 2008, en opinión de Suro. En sus manos está el verdadero despegue político hispano. Actualmente los hispanos están representados por 23 congresistas, un ministro y decenas de cargos estatales y municipales.

El despegue económico ha sido más veloz. Ya no es sólo el latin boom de la música o el brillo de estrellas latinas en el firmamento de Hollywood; el poder adquisitivo hispano fue de 580.000 millones de dólares el año pasado. Eso los ha convertido en un pastel apetecible para las empresas de todo tipo de productos, que se han gastado 460 millones de dólares en publicidad.

A diferencia de otros inmigrantes, los hispanos siguen hablando, leyendo y viendo televisión en su idioma. En la última década han surgido decenas de periódicos y revistas, y las dos principales cadenas de televisión, Univisión y Telemundo, están extendiendo sus emisiones por casi todo el territorio hispano. Hay más de 200 publicaciones en castellano, con una circulación conjunta de casi 12 millones de ejemplares y un total de 30 millones de lectores. Lo que no existe por el momento es un periódico de ámbito nacional, todos se dirigen a los mercados locales o tienen un enfoque cultural, porque los hispanos de EE UU distan de ser un bloque monolítico.

Aunque las noticias de México tienen más interés en California y las de Cuba en Miami, la línea de demarcación de bloques de nacionalidades se ha estado difuminando en los últimos tres o cuatro años por la llegada masiva de colombianos, argentinos, venezolanos y centroamericanos. El mapa hispano ha variado igualmente en comparación con comienzos de los noventa, cuando los hispanos se concentraban en Tejas, California, Nueva Jersey e Illinois. Actualmente, Estados como Iowa, Wisconsin, Arkansas o Indiana tienen una población hispana de entre 100.000 y 200.000 habitantes cada uno. Pero también se han establecido en Oklahoma o Carolina del Sur.