Esos boleros

Le han cantado Frank Sinatra, Tony Bennett, Elis Regina, Pablo Milanés, Raphael, Lucho Gatica, Roberto Carlos y hasta Elvis Presley. Canciones como Adoro, Contigo aprendí, Esta tarde vi llover, Voy a apagar la luz... Todas estas las interpretó Armando Manzanero, indígena maya, como se autodefinió. Cantó todos esos boleros y podría haber cantado otros tantos que forman parte del acervo sentimental de nuestra época.

No es un gran cantante, pero nadie interpreta sus canciones como él. Sabe dónde respiran, conoce el peso de cada palabra. Y, siendo un excepcional autor, no duda en cantar temas de otros: esas canciones que le alimentaron cuando apenas empezaba, y en las que estuvo ayudado por Los Juglares, cuatro guitarristas y cantantes mexicanos que le acompañaron en una canción peruana de machismo tragicómico -Mi propiedad privada-, la cubana Me voy pa'l pueblo, el Júrame, que su compatriota María Grever escribió allá por los años veinte, o en fragmentos de José Alfredo Jiménez. Del resto del repertorio se ocupó una banda entre el combo de jazz y la orquesta de variedades. Manzanero cantó Esperaré, asegurando que la mejor versión que se había hecho es la de Presuntos Implicados.

Tuvo invitados sorpresa: Carmen París, Lolita -con la que compartió un Somos novios ligeramente aflamencado, en uno de los mejores momentos de la velada-, Nacho Campillo y Teo Cardalda. Con ellos cuatro -al final los acabó liando para improvisar un caótico El día que me quieras-, Manzanero fue evocando sobre el escenario su último disco de dúos. Recordó que durante los años noventa fue Luis Miguel quien le hizo popular entre las nuevas generaciones. Una vigencia que sin duda merece, porque en lo musical es un gigante. Un gigante del bolero.