Programas humillantes
Es indignante que exista un programa de televisión en el que se escojan personas por la calle para rasurarles las cejas por dinero, utilizando su penuria económica para regocijo de no se qué tipo de espectadores. Pero además es inmoral y sólo propio de un país con unos valores muy pobres que el funcionamiento de dicho programa consista en destrozar cosas (móviles, gafas, coches) en perfecto uso y también a cambio de dinero. Las personas que realizan ese programa deberían haber nacido en un país con necesidades y con escasez de bienes para que conociesen su verdadero valor. A cualquier mente mínimamente solidaria no puede más que repugnar la mera existencia de un espacio televisivo tan abyecto y gratuito.
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