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Reportaje:Apuntes

Patrimonio científico en peligro

Profesores de institutos de secundaria alertan sobre la situación de sus colecciones históricas

Después de más de siglo y medio de existencia, los tres institutos de secundaria más antiguos de la Comunidad Valenciana, el Lluís Vives de Valencia, el Jorge Juan de Alicante y el Francisco Ribalta de Castellón, disponen de un importante legado histórico de instrumentos científicos de incalculable valor en condiciones "deplorables" de almacenaje. Profesores de los institutos manifestaron su preocupación en el ciclo de conferencias Obrint les caixes negres, celebrada en el Aula Magna de la Universitat de València, con motivo de la exposición homónima instalada en el edificio de La Nau, que recoge una selecta muestra de cincuenta aparatos científicos, procedentes de la universidad y de estos institutos. Sin dinero para vitrinas, ni ayudas por parte de la Administración, señalaron los profesores, el patrimonio científico, muchas veces sin ni siquiera catalogar, está sometido al deterioro, al robo y al extravío. Hasta la fecha, el altruismo de la comunidad educativa valenciana ha posibilitado la conservación y difusión de este capital. Se acometieron proyectos oficiales para albergar esta riqueza, como el Museo de la Ciencia de Alicante, que puso en marcha la Consejería de Educación en 1998 aunque jamás lo ejecutó.

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Este desánimo se une al que produce la existencia de museos de ciencia en Valencia, reflexionaba una persona del público, "de espléndido continente, pero sin dar cobijo a los aparatos científicos de antaño con un enorme potencial de divulgación". Los dos comisarios de la exposición, Antonio García Belmar, de la Universidad de Alicante y José Ramón Bertomeu, del Instituto López Piñero de la Universitat de València-CSIC definieron tanto la muestra como las conferencias como "un punto de partida" para poner en contacto institutos y universidades y "una llamada de atención sobre la necesidad de conservar estos objetos patrimoniales en depósitos dignos y permanentes". Porque también en la Universitat, aunque con la ventaja de tener la mayor parte de los fondos inventariados, hay aspectos pendientes: "Algunos de los aparatos corren peligro en las estanterías a las que deberán volver cuando acabe la exposición", el próximo 2 de febrero. Forman parte de la muestra y de los armarios de los institutos, aparatos científicos y manuales de los siglos XIX y XX que los profesores utilizaban para demostrar las propiedades físicas y químicas. Colecciones similares a las de Francia o Alemania, que allí se exhiben en museos puestos al día con medidas de seguridad extremas. Los institutos valencianos de secundaria también recogen selecciones naturales, ejemplos de siglos de actividad.

"Nos gustaría sumarnos al tren de otros países. En Francia se ha catalogado de manera detallada más de 1.300 objetos científicos antiguos de 130 institutos que pueden consultarse en la red", subraya Bertomeu, quien añade que la Junta de Andalucía ha hecho un inventariado de todos los instrumentos de los institutos con un estudio preliminar. Luis Villada, del Instituto Jorge Juan dice conservar la esperanza pese "a la zancadilla de la Administración, porque antes para inventariar teníamos reducción horaria. Ya ni eso". El profesor, que conserva la maqueta del frustado Museo de la Ciencia de Alicante, reclama la intervención de ayuntamientos y diputaciones. En la actualidad el Ayuntamiento de Alicante les ha comunicado la intención de ceder unos locales para conservar material. Este instituto perdió parte de su legado por los tres traslados. Todos los centros padecen problemáticas similares. Estas son las colecciones que albergan los tres institutos:

- IES Jorge Juan. En 1878, Pascual Orozco fijaba en más de 300 las máquinas de física y química que albergaba. De ellas se conservan 150. Los trabajos realizados por los profesores han permitido identificar estas piezas que están siendo catalogadas. Algunos instrumentos fueron adquiridos por catedráticos; otros fueron envíos del Ministerio de Instrucción Pública, y otros proceden de donaciones. Además de las colecciones se conservan importantes libros de texto asociados, algunos escritos por profesores del centro como el de Márquez y Chaparro. Este instituto conserva también una rica selección natural catalogada de 1.500 especies de fósiles sin contar un depósito de más de 10.000 ejemplares extraídos de yacimientos de la provincia, de la colección de Daniel Cisneros. Ambas muestras se encuentran mal almacenadas o languidecen en pasillos. El Instituto cuenta con 800 ejemplares de rocas y minerales donadas; el Herbolario de la Flora Alicantina donado por Abelardo Rigual, director del departamento hasta 1986, y colecciones zoológicas. En esta última destaca la de moluscos, una selección de vertebrados y un centenar de aves que en 1882 llegó a contar con 415 ejemplares.

- IES Lluís Vives. El Colegio de San Pablo alberga desde 1851 este instituto -la enseñanza nació seis años antes agregado a la Universitat de València- prácticamente un único espacio que ha favorecido la recuperación de la colección científica. Josep Simó, del departamento de Historia de la Ciencia y Documentación de la Universitat, ha catalogado e inventariado este material, como trabajo de tercer ciclo. Según Simó hay 600 piezas, que se reparten en mismo número en Física y Química. La parte más importante está dedicada a la electricidad y al magnetismo con unas cien piezas. También hay colecciones de acústica, óptica y mecánica de fluidos. La mayoría de instrumentos corresponde a fabricantes franceses, que lideraron la industria durante el siglo XIX. El fabricante más representado es Secretan con cerca de 25 instrumentos. Además el centro reúne una nutrida selección de Ciencias Naturales no sometida a esta exhaustiva catalogación. Tanto una como la otra han sobrevivido en el tiempo pese a las obras y reformas ejecutadas por la conservación de los profesores.

- IES Francisco Ribalta. "Hay un centenar de aparatos identificados muy a la nuestra", advierte el profesor José Payá. "Además de existir aparatos incompletos que podremos reparar con la ayuda del departamento de Historia de la Ciencia de la Universitat de València", dice. Los instrumentos corresponden a mecánica, hidrostática, hidrodinámica, neumática, acústica, calor, óptica, electricidad, magnetismo, meteorología y aparatos variados de química. La colección está muy equilibrada, con aparatos interesantes como la máquina de Artwood, empleada desde el siglo XVIII para demostrar las leyes de caída de los cuerpos. Paralelamente, se han coleccionado ejemplares naturales: 300 aves rapaces del taxidermista Benedito; colecciones de mamíferos (monos, armadillo, ornitorrinco, etc.); aperos agrícolas que fueron confeccionados por un antiguo catedrático; fósiles, rocas y minerales; una colección de láminas y grabados antiguos alemanes e italianas de zoología, botánica y anatomía humana, y libros del siglo XIX de botánica y zoología, entre otros.

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