Juicio contra un forense de Granada acusado de cuatro delitos de abusos sexuales

Aurelio Hernández Triviño, uno de los médicos de la clínica forense de los juzgados de Granada, se enfrenta desde hoy a una acusación de ocho años de prisión, formulada por la Fiscalía, por cuatro delitos de abusos sexuales, dos de ellos con carácter continuado. Las denunciantes, que no tienen ninguna relación entre sí, coinciden en que fueron víctimas de abusos y tocamientos cuando acudieron a la clínica para que el médico les certificara diferentes lesiones ocasionadas en accidentes de tráfico. El juicio concluirá mañana.

La Fiscalía pide además para el médico, que desde que trascendiera la acusación se encuentra de baja por depresión, cuatro indemnizaciones que suman unos 60.000 euros, casi diez millones de pesetas. Los supuestos abusos ocurrieron entre noviembre y diciembre de 2001 en la Clínica Anatómico Forense situada junto a los juzgados de Granada.

Las víctimas coinciden en denunciar que durante las visitas de reconocimiento el médico les ordenó que se desnudaran total o parcialmente, aunque no era imprescindible para comprobar la localización de las lesiones que debía certificar. Las mujeres tienen entre 25 y 35 años. Dos de las denunciantes fueron sometidas supuestamente al mismo trato vejatorio durante las sesiones a las que acudieron con el mismo propósito de ser diagnosticadas. Una vez en marcha la instrucción de la causa conjunta una quinta mujer presentó otra reclamación contra el médico que se tramita aparte.

La fiscalía ha pedido dos años de cárcel por cada uno de los delitos de abusos e indemnizaciones que varían entre los 12.000 y los 18.000 euros según fueran los delitos continuados o no. La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Justicia, ha sido declarada por el fiscal responsable civil subsidiaria.

Aurelio Hernández declaró durante el periodo de instrucción que eran falsas las imputaciones de las mujeres y que se limitó a explorar y valorar las dolencias de las pacientes con el propósito de establecer los baremos para calcular las indemnizaciones que les correspondían con cargo a las compañías de seguros. Sus exploraciones, agregó, se guiaron siempre por los informes médicos que presentaban las lesionadas y por las zonas de dolor.