Canales para desatascar México

El empresario y político conservador Fernando Canales Clariond ha llegado al Ministerio mexicano de Economía en un momento complicado. Varias corredurías han encendido luces amarillas en el horizonte de México y está en marcha una rebelión campesina contra el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Además, el crecimiento mexicano en 2003 está condicionado a lo que suceda en Estados Unidos y a la forma en que se resuelvan las presiones inflacionarias y cambiarias en el ámbito interno.

El nuevo ministro ha tenido mucho éxito en los negocios, pero escaso o ninguno en su etapa de gobernante en Monterrey

El nuevo ministro, un influyente miembro del Partido Acción Nacional (PAN), goza de cercanía con el presidente Fox y con muchos de los grandes empresarios del país, pero quizá esos méritos sean insuficientes para distender las relaciones con millones de campesinos que se sienten amenazados por la apertura casi total para los productos del campo de EE UU o para brindar el apoyo a las pequeñas y medianas empresas que piden los empresarios.

De acuerdo con un especialista en el tejido empresarial mexicano, hay una gran diferencia entre la forma en que el ex ministro Luis Ernesto Derbez conducía la cartera y la forma en que se espera lo haga Canales Clariond. "La formación de Derbez era la de un técnico del Banco Mundial, con poca experiencia en temas mexicanos y una visión cercana a la ortodoxia económica. Canales, en cambio, es un empresario que ha tenido mucho éxito en los negocios, pero escaso o ninguno en el terreno político. Es evidente el rechazo a la forma en que gobernó" el norteño e industrializado Estado de Nuevo León.

Canales, nacido en 1946, llega al Gabinete de Fox con la etiqueta de precandidato a la presidencia por el PAN, lo que varios analistas consideran como su principal debilidad, toda vez que las presiones en su contra pueden darse de manera muy fuerte, aunque las próximas elecciones presidenciales no se celebrarán hasta 2006. Pero lo que más nubla su camino son los malos resultados económicos de la Administración foxista.

El presidente del ex gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, asegura que "la economía en su conjunto ha decrecido en un 0,16% en los últimos seis trimestres, es decir, se ha pasado de un crecimiento promedio que tenía nuestro país, con gobiernos priístas, del 6,7% a un crecimiento del 0,3% al siguiente año de que entregamos el país. En generación de empleos bajamos más de un punto... El desempleo creció y lo sabe la gente en la calle".

Fox sostiene que México es la novena economía mundial y que cuenta con un ingreso per cápita que se situó en 2002 en 6.200 dólares año, pero admite que se debe lograr "un mayor flujo de inversión y de comercio, más empleos y mejores salarios para todos los mexicanos", porque el 13,43% de la población "percibe menos de un dólar al día", ratio que marca la pobreza extrema. Un porcentaje que se incrementa hasta el 30% entre la población rural, admite.

Víspera de elecciones

El encuentro en el medio justo de esos dos México es la misión que afronta Canales Clariond en un año político en el cual Fox necesita resultados que se conviertan en votos para el PAN, pues en julio se renuevan 500 escaños en la Cámara de Diputados y los panistas y foxistas quieren mayoría para sacar adelante, sin problemas ni mayores negociaciones, reformas importantes como la energética, fiscal, laboral y del Estado, que -según los gobernantes- son necesarias para que Fox cumpla una de sus promesas de campaña, crecer al 7% anual, porcentaje que se ha modificado a la baja.

Los analistas coinciden en que la desaceleración de la economía mundial, sobre todo de la estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre, ha golpeado a la mexicana. Pero ahora, importantes corredurías han recomendado a sus inversionistas que piensen en otras economías emergentes latinoamericanas, como la chilena y la brasileña, antes que en la mexicana, que -en su opinión- vive un momento de parálisis política, cargo que el jefe del Estado rechaza.

Hace unos meses, el gobernador del Banco de México (central y autónomo), Guillermo Ortiz, llamó la atención sobre el hecho de que en caso de que se cumplan las proyecciones para 2003 (un 3%), la economía mexicana habría crecido en 1,5% anual durante los tres primeros años de la Administración foxista. Una situación que, según analistas, se explica por el crecimienro de la población. Cada año, señalan, se incoporran a la población activa más de 1,2 millones de jóvenes y como no se están creando puestos de trabajo la mayoría acaba integrándose en la llamada economía informal.

El Gobierno de Fox espera que México crezca un 3% en 2003 con una inflación del 3%, pero ya existen divergencias entre sus responsables del área económica y el gobernador del banco central, Guillermo Ortiz, que ha advertido que se darán presiones inflacionarias si los precios y tarifas públicas se disparan, como ocurrió en 2000.

También existe el riesgo de una visión distorsionada del TLC, que se contempla de forma muy distinta entre unas zonas y otras de México. El nuevo ministro de Economía está ligado al Estado de Nuevo León, especialmente a la ciudad de Monterrey, donde tiene su residencia y ha labrado su carrera y su fortuna. La economía de esta zona, al norte de México, está más vinculada a la economía de EE UU que a la del resto del país. En Monterrey y su área metropolitana hay maquiladoras y migración, pero también empresas de alta tecnología y sus empresarios están mucho más convencidos que los de otros estados mexicanos de la bondad y el éxito del TLC.

Enfrentamientos internos

Canales puede ayudar a restañar, sin embargo, y ése es uno de sus objetivos, las fisuras y los enfrentamientos en el seno del movimiento político que respalda a Vicente Fox. Su trayectoria como gobernante en Nuevo León, empero, no ha sido muy popular ni trascendente.

También crea desconfianza por su doble condición de gran empresario y ministro responsable de las relaciones con las grandes patronales. Las relaciones entre éstas, a las que ha estado vinculado Canales, y la Administración de Fox no han sido muy fluidas hasta ahora.

Canales además deberá afrontar la rebelión del campo y los efectos del TLCAN, y medidas de apoyo directo e indirecto -como inversión en infraestructuras y otras- a las medianas y pequeñas empresas para reanimar y sacar del estancamiento a grandes sectores de la economía mexicana. Deberá conducir, asimismo, las negocicaciones comerciales en marcha con Japón y Singapur.