Sundance muestra la diversidad estética del cine independiente
Estrellas como Morgan Freeman y Holly Hunter acuden al festival de Salt Lake City
Levite, la película exhibida en la noche de gala con que se inauguró el jueves el Festival de Cine de Sundance, en Salt Lake City (Estado de Utah), fue hecha casi de milagro. Al director, Ed Solomon, le llevó seis años conseguir el dinero. Aun después de que estrellas como Billy Bob Thornton, Morgan Freeman, y Holly Hunter habían aceptado roles en el filme, hubo de pasar un año más antes de que Solomon completara los fondos. Y al final terminó dirigiendo casi gratis. El caso de Solomon es la regla en el mundo del cine independiente, que tiene en Sundance su principal espectáculo anual.
La muestra de cine sirve para presentar películas de nuevos directores
Más allá de las estrellas de Hollywood que cada año asisten en mayor número aportando su cuota de glamour y extravagancia, del ejército de productores, distribuidores y demás gente del mundo del cine que se desplaza al lugar, y de la gran atención que el evento recibe en la prensa internacional, Sundance sirve para presentar películas de nuevos directores que no sólo han vencido mil obstáculos para producirlas, sino que difícilmente serán vendidas en los grandes mercados de distribución si antes no tienen éxito en el festival.
El Festival de Cine de Sundance, creado por el actor y director Robert Redford, es una especie de termómetro sobre la longitud de vida de las películas independientes. Y si a Levite los críticos y compradores le bajan el pulgar, su futuro no será nada optimista.
"El mercado es mucho más difícil y más darwiniano. Este año habrán películas que nadie comprará", señaló un ejecutivo de la casa distribuidora ThinkFilms. "Una cosa que hemos aprendido del año pasado es que es mejor no hacer una película por la simple gana de hacerla: hay que querer hacerla de verdad".
Encontrar fondos
Parte del problema en lo complicado de encontrar fondos y luego compradores es que las productoras independientes y los pequeños estudios están a merced de esa brutal regla del mercado de que si la película no hace buen dinero en el primer fin de semana que se exhibe su futuro es incierto. Influye también el mal estado de la economía estadounidense, la rebaja en las fuentes de financiación alemanas y la disminución en los pagos por eventos en Europa.
Aun películas como The singing detective, estrenada el viernes y que lleva a Robert Downey Jr. en el papel estelar y a Mel Gibson en un rol secundario, tuvo problemas de financiación. El filme, basado en el guión para televisión del fallecido escritor británico Dennis Potter, todavía no tiene distribuidor para Estados Unidos. "No hay duda de que en términos de dinero éste es un momento sombrío para el cine independiente", señaló el director, Keith Gordon, quien no obstante decidió que en lugar de intentar venderla antes era mejor guardar la película por un tiempo y estrenarla en Sundance.
Sin embargo, el director del festival, Geoffrey Gilmore, prefiere ver el lado positivo de Sundance. Aun cuando acepta la camisa de fuerza que impone el mercado al cine independiente en términos de financiación y distribución, Gilmore muestra satisfecho los números de películas que se han presentado al Festival. Récords de filmes en todas las categorías y más películas de más lugares del mundo. "Esto es debido a la democratización del cine. Hoy todo el mundo hace películas en sus computadoras y las presenta al festival", explicó Gilmore. "Este año tenemos el más ecléctico, más diverso y más amplio festival en temas. Hay una gran diversidad estética del cine independiente", concluye Gilmore.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.