La 'niña de Benamaurel' pide a los jueces que defiendan el interés de los menores
Prodeni homenajeó ayer en Sevilla al juez Francisco Serrano
El juez de Familia 7 de Sevilla, Francisco Serrano, y la llamada niña de Benamaurel ofrecieron ayer una rueda de prensa conjunta en la que pidieron que las resoluciones judiciales tengan siempre en cuenta el interés y la felicidad de los menores. María de los Ángeles Martínez, que permanece con su familia de acogida de ese pueblo granadino desde que en 1998 el juez Serrano se negó a ejecutar la orden de devolverla a sus primeros padres adoptivos, aseguró que lo único que recuerda de su vida anterior es "poco y desagradable", resumido en "malos tratos, incomprensión y soledad".
María Angeles, que ahora tiene 16 años, leyó un comunicado ante la prensa en el homenaje que la asociación Prodeni organizó al juez Serrano en el que expresó el deseo de que su caso "sirva para otros niños que están en las mismas circunstancias" y dijo que le gustaría que "todos los jueces y fiscales" fuesen como el titular del Juzgado de Familia número 7 7 de Sevilla.
Después de la lectura del comunicado y en respuesta a las preguntas de los periodistas allí congregados, la joven dijo que de su vida pasada únicamente quiere conocer a su hermano biológico, asegura que investigará "en archivos o algo así" para rastrear sus orígenes, aunque por el momento, dijo, no quiere entablar contacto con su madre biológica.
María de los Ángeles afirmó rotunda que no quiere "ni oír hablar" del primer matrimonio de Bormujos (Sevilla) que la adoptó en primer lugar y a quien la Junta retiró la tutela por malos tratos. María de los Ángeles añadió que de los únicos que guarda "algún recuerdo" es de Ana y José, el matrimonio de Dos Hermanas (Sevilla) que la acogió durante otro año.
La joven ha tenido a lo largo de su vida cinco familias, que la conocieron por cuatro nombres diferentes, y por eso ahora lo único que quiere es no separarse de quienes considera "sus nuevos y verdaderos padres", Manuel y Maruja, que ayer la acompañaron en la rueda de prensa.
Por su parte, el juez Serrano manifestó que las resoluciones judiciales "deben poner siempre por delante el interés del menor" y señaló que "los hijos no son propiedad de sus padres" porque éstos "tienen hacia ellos unos obligaciones pero no unos derechos".
A su juicio, "los niños no pueden ser nunca fichas de un tablero de ajedrez" sino "los protagonistas y deben decir cuál es su interés", y por ello explicó que en su trabajo como juez de Familia "si los niños son felices para mí es una satisfacción a pesar de todos los berrinches que me provoca".
El magistrado defendió la política de la Junta de Andalucía ya que negó que los niños se retiren "solo a las familias pobres", tal y como asegura la Asociación Pro Derechos Humanos, y añadió que los posibles errores que se cometen "no dejan de ser excepciones".
Serrano se refirió al caso de los hermanos Iván y Sara, que también se quedarán con su familia de acogida tras la negativa del juez a devolverlos a su madre biológica, como le ordenó la Audiencia de Sevilla, y dijo que "pese a la orden de la superioridad" de indemnizar a la madre se trata de una "cuestión técnica y humanamente compleja de ejecutar" porque "un niño no está en venta, no está en el comercio de los hombres y el sentimiento de una madre no tiene valoración".
Largo camino judicial
María de los Ángeles fue adoptada legalmente por Manuela R.A. y Bernardo P. M., de Bormujos, en el año 1997. Sin embargo, en 1993 la Junta declaró el desamparo de la pequeña por supuestos malos tratos y fue trasladada a un centro de acogida, si bien posteriormente el juzgado revocó el desamparo y ordenó el retorno de la niña. En aquel momento la menor se encontraba ya con su familia actual, en Benamaurel, quienes recurrieron la decisión.
En 1997 el juez de Familia número 7, Francisco Serrano, acordó declarar "imposible de ejecutar" el retorno de la menor con sus padres adoptivos basándose en el interés de la menor.
La Sección Sexta de la Audiencia de Sevilla revocó el auto en 1998 ordenando la vuelta a Bormujos aunque el magistrado en su lugar hizo comparecer a la niña y tras escuchar su testimonio resolvió que el regreso de la pequeña con la familia adoptiva sería "gravemente dañoso, pernicioso y contraproducente para su integridad psíquica".
Por último, tras un nuevo pronunciamiento de la Sección Sexta de la Audiencia de Sevilla ratificándose en el regreso de la pequeña a Bormujos la familia de acogida recurrió en amparo ante el Tribunal Constitucional, quien finalmente declaró nulo el auto de la Audiencia por carecer de "rigor lógico".
"Un juez justo y valiente"
El presidente de Prodeni en España, Juan Pedro Oliver, recalcó que en la "generalidad" de los casos "se valoran más los intereses de los adultos" por encima del de los pequeños, que no suelen ser escuchados, y destacó la "valentía" del juez Serrano, a quien calificó de "juez justo". Serrano defendió el actual sistema de protección de menores, que definió como "moderno" e insistió en que "a los niños no se les quita a las familias pobres sino aquellas que no les dan atención material y moral".Asimismo, señaló que la Administración ha de hacer un pronóstico sobre el futuro de estos niños basándose en las posibilidades de que los padres biológicos se puedan recuperar de la situación en la que se encuentran y por la que ha surgido el desamparo, aunque advirtió que ésta no puede ser indefinida porque de lo contrario se volvería al sistema de horfanatos. "Cuando por una circunstancia desagradable de la vida se pierde la oportunidad" de serlo y se recupera "hay que ver si el niño está en condiciones de brindarle una segunda oportunidad".
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