2003: ¿el año de Málaga?

Dice un conocido empresario turístico que 2003 va a ser "el primer año del futuro de Málaga". La afirmación puede resultar exagerada, pero es que la agenda del nuevo año está realmente cargada de acontecimientos que están llamados a dinamizar la realidad socio-económica de una ciudad acostumbrada a que los grandes proyectos sean cuestión de teorías, debates eternos, confrontación administrativa, y frustraciones que han servido como caldo de cultivo para que afloren ciertos sentimientos de agravio.

Las inauguraciones del Museo Picasso, el 24 de octubre, del Palacio de Ferias y Congresos, en marzo, y del Centro de Arte Contemporáneo, hacen coincidir en el mismo año la puesta en marcha de realidades de envergadura que contribuyen a definir de una vez un papel que la ciudad nunca ha tenido. El alcalde, Francisco de la Torre, destaca que se trata de unos proyectos que por fin van a permitir que Málaga tenga definido su papel como "gran capital y gran centro del litoral andaluz, y que sea la ciudad que realmente lidere toda la potencialidad que ofrece la costa".

Sólo el Museo Picasso va a suponer una "revolución", en palabras del delegado del Gobierno de la Junta, Luciano Alonso, quien destaca que permite incorporar a Málaga al gran movimiento turístico de la Costa del Sol, al que tradicionalmente la capital ha sido ajena, y configurarse como un atractivo de primer orden internacional que será toda una "bandera para la ciudad y un motivo de orgullo" para los malagueños.

El museo mostrará unas 200 obras cedidas por la nuera y nieto del pintor, Cristhine y Bernard, que serán nombrados hijos adoptivos de la ciudad, y tiene una superficie de 8.000 metros cuadrados en el corazón de la judería. La rehabilitación del palacio de Buena Vista y la compra y adaptación del resto de inmuebles ha supuesto una inversión de unos 54 millones de euros. Un estudio de mercado estima que la pinacoteca recibirá entre 400.000 y 700.000 visitas anuales.

"Va a ser un agitador cultural, pero también un agitador socio-económico", insiste Alonso. La Junta ha puesto en marcha el plan Calidad con arte para incentivar la inversión en negocios que supongan innovación en el entorno del museo, que prevé ayudas de hasta el 40% de la inversión y que en los dos primeros meses ya ha recibido medio centenar de peticiones. "Lo importante es que los malagueños sepan aprovechar las oportunidades que se le brindan", dice el delegado del Gobierno. Alonso recuerda que en noviembre se inaugurará también el Teatro Romano, que no sólo podrá visitarse, sino que también se recupera como espacio escénico. Muy próximo al Museo Picasso, el conjunto arqueológico que el teatro forma con la Alcazaba configuran el núcleo del circuito turístico y cultural de la ciudad, que aún espera cerrar el triángulo con la instalación en La Aduana del Museo de Bellas Artes.

El Palacio de Ferias es otro de los pilares de la nueva vocación turística de Málaga. Aunque su financiación aún no está cerrada y es motivo de enfrentamiento político entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía -el coste de las obras rondan los 60 millones de euros cuando inicialmente sólo se proyectaron 18-, su inauguración está prevista para el 22 de marzo con una muestra sobre equipamiento hotelero.

Las nuevas expectativas abiertas en Málaga han propiciado unas estimables inversiones de la industria hotelera. Hasta hace cinco años, la ciudad tenía sólo tres hoteles de cuatro estrellas, ahora cuenta ya con nueve y existen otros 18 proyectos, seis de ellos en ejecución y el resto en distinta fase de tramitación. El número de plazas hoteleras de Málaga, 3.638 en 2002, se ha incrementado en un 58%.

El alcalde aún recuerda otras inauguraciones "importantísimas" para 2003 como el eje completo del nuevo paseo marítimo, la desalobradora que asegurará el abastecimiento de agua. La adjudicación de las obras del metro es un reto que requiere que Junta y Ayuntamiento se pongan de acuerdo.