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Fiat intenta convencer a GM de que aporte nuevos fondos para su filial de automóviles

Convencer a los directivos de General Motors (GM) para que participen con dólares frescos en la recapitalización de Fiat Auto de acuerdo con el plan de reestructuración consensuado con los bancos acreedores es la difícil misión que asumieron ayer el presidente de Fiat, Paolo Fresco, y el consejero delegado, Alessandro Barberis, en el encuentro con sus homólogos de GM, Richard Wagoner y John Devine, respectivamente.

En Nueva York, Fresco y Barberis se entrevistaron el jueves con los responsables de Standard & Poor's, la agencia de rating, para convencerles prácticamente de lo mismo: las medidas para reducir la monstruosa deuda del grupo están funcionando y la prevista escisión de Fiat Auto del resto del holding puede contribuir a equilibrar su situación financiera.

Wagoner y Devine no ven claro cuál de los planes de rescate será finalmente elegido por Fiat, en el marasmo de propuestas más o menos oficiosas que se vienen produciendo desde principios de enero. Los bancos acreedores esperan que el socio americano, que en marzo de 2000 firmó un acuerdo con Fiat adquiriendo el 20% de Fiat Auto y comprometiéndose a quedarse con el restante 80% a partir de enero de 2004, esté dispuesto a participar en el relanzamiento de la casa automovilística de Turín desembolsando una parte de los 5.000 millones de euros que se necesitan para ello. Los directivos de Banca Intensa-BCI, San Paolo-IMI, Capitalia y Unicredito esperan el regreso de Fresco y Barberis a Italia para reanudar las conversaciones sobre este proyecto.

Entretanto, la casa del Lingotto recibió el jueves en sobre cerrado el plan de rescate de Fiat diseñado por el ex presidente de Telecom Italia Roberto Colaninno, que lo entregó en persona a Franzo Grande Stevens, abogado de Giovanni Agnelli y vicepresidente de Fiat Spa. El plan Colaninno prevé inversiones por valor de cerca de 10.000 millones de euros para sanear Fiat Auto, en un plazo de tres años.

Por el contrario, las firmas Ferrari y Maserati quedarían fuera, así como la CNH (que fabrica tractores) lastrada por enormes deudas. Colaninno y el grupo de empresarios que le apoya estarían dispuestos a aportar 2.500 millones de euros en el proyecto, en el que la familia Agnelli tendría un peso similar al famoso contable.

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