El futuro de Europa
En el artículo "En el Ecuador de la Convención europea" (EL PAÍS, 14-1-03), su autor, Giscard d'Estaing, proclama la bondad de la Convención europea para elaborar un tratado constitucional, entre otros motivos, "para no perder la confianza de los ciudadanos".
Como ciudadano europeo quisiera proclamar, desde estas líneas, mi confianza en la única institución que los ciudadanos hemos elegido democráticamente, el Parlamento Europeo, y de paso formular la siguiente pregunta: ¿quién confia en la Convención?
A tenor de la encuesta realizada por el BRIE, el 90% de los españoles desconoce los objetivos de la Convención (véase EL PAÍS 20-12-02). Tengo la impresión, fundamentada, pero imposible de resumir en estas líneas, de que para este viaje no hacían falta estas alforjas.
Reivindiquemos las reformas oportunas para reforzar la relación ciudadanos/eurodiputados y dejemos al PE la tarea de elaborar una Constitución europea.