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Alemania cierra 2002 con la economía estancada y un déficit del 3,7% del PIB

El crecimiento del 0,2% es el peor desde la crisis de 1993 y se debe a la caída del consumo

Los datos son demoledores: en su peor momento desde la recesión de 1993, la economía alemana tan sólo creció un 0,2% el año pasado (0,6%, en 2001), según datos oficiales. El ínfimo aumento tan sólo fue posible gracias a las exportaciones. La demanda interna, por contra, se contrajo fuertemente. La consiguiente merma en los ingresos fiscales, junto al aumento del gasto destinado a las prestaciones por desempleo y al sistema de pensiones, condujeron a que el déficit público se situara en el 3,7%, siete décimas por encima de lo permitido por el Pacto de Estabilidad.

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La notificación oficial sobre un "crecimiento que casi no merece su nombre", en palabras de Johann Hahlen, presidente de la Oficina Federal de Estadísiticas, es otro golpe no sólo para Alemania, sino para el conjunto de Europa: con 2,1 billones de euros, la economía alemana representa el 30% de la actividad en toda la zona euro, en la que tan sólo Luxemburgo (0,1%), Holanda (0,2%) e Italia (0,4%) registraron tasas similares, según cálculos preliminares. Ya durante los últimos 10 años, Alemania apenas creció un 1,5% como media, mientras el resto de la zona euro lo hacía a un ritmo del 2,2%.

Al contrario de lo que muchas veces sostiene el Gobierno rojiverde, los problemas son sobre todo internos, como demuestra el desglose de la actividad publicado ayer. El consumo privado, que aporta más de la mitad del PIB, cayó un 0,5% el año pasado, el peor dato en una década. Ello tiene que ver con factores como el incremento muy moderado del ingreso de los hogares (1%, la tasa más baja desde la reunificación alemana), la persistente subida del paro (más de 4.225.000 personas inscritas hoy por hoy en las oficinas de empleo) y, en general, con la generalizada depresión por la que atraviesa la sociedad alemana, cada vez más atormentada por la pregunta de si podrá mantener también en el futuro sus altos niveles de bienestar.

La contracción de la demanda privada, en todo caso, brinda pocos incentivos a las empresas, cuyas inversiones empresariales en bienes de equipo y construcción también se desplomaron, un 8,4% y un 5,9%, respectivamente.

De no haber sido por el sector externo, todo ello hubiese conducido a una fuerte contracción económica, del 1,3%, según afirmó ayer Hahlen. Las exportaciones, sin embargo, se batieron relativamente bien, con un aumento del 2,9%, frente a una caída del 1,3% en las importaciones, también motivada por la falta de demanda interna.

El débil crecimiento económico, junto a las erráticas políticas de contención de gastos, arrojan un déficit público del 3,7%, una décima por debajo de lo hasta ahora estimado por la Comisión Europea, que ha abierto un expediente contra Berlín por violación del Pacto de Estabilidad. El ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, esta semana había anunciado que sus funcionarios han encontrado otros 2.800 millones en ingresos fiscales no previstos hasta ahora, lo cual podría reducir en hasta dos décimas el déficit en las cuentas definitivas, según sostuvo el presidente de la Oficina Federal de Estadísticas.

Pesimismo

Tras resaltar un reciente repunte de la producción y de los pedidos industriales, el ministro de Economía, Wolfgang Clement, rechazó ayer cualquier caída en el pesimismo económico. Los expertos independientes, por el momento, no ven una recesión (definida como la contracción económica por dos trimestres consecutivos), pero tampoco nada que se asemeje a un verdadero crecimiento. En el tercer trimestre del año pasado, la economía alemana cre-ció un 0,3%. En el cuarto, "en torno al cero", según adelantaron ayer los estadísticos. En este primer trimestre de 2003 lo podría hacer en un 0,1%, a juzgar por una encuesta entre analistas realizada por Reuters.

El Gobierno pretende revisar próximamente a la baja su previsión de crecimiento para todo el año, del 1,5% actual hasta en torno a aquel 1% previsto por los más optimistas de los institutos de investigación económica. De estar en lo cierto quienes predicen que este 1% es demasiado, una nueva infracción del Pacto de Estabilidad sería casi inevitable.

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