David Vidal alborota mientras hace historia
Tras dos años en el paro, el polémico técnico gallego convierte al Murcia en el equipo de moda tras su hazaña copera en Vitoria
"Si vuelven a hablar en voz alta los echo a la calle. Aquí mando yo y soy el único que puede gritar". Así se dirigió David Vidal, técnico del Murcia, a un grupo de periodistas que seguía una sesión de entrenamiento desde la grada. Fue aquél su primer enfrentamiento con los medios de comunicación que siguen al Murcia, equipo al que Vidal (Portosín, A Coruña, 1950) ha puesto de moda. Su última proeza fue eliminar al Alavés en la Copa, convirtiéndose en el único conjunto de Segunda que ha accedido a los cuartos de final del torneo. Pero el Murcia, además, figura clasificado en el segundo puesto de la categoría, sólo superado por el Zaragoza, y enseña la deslumbrante cifra de ocho goles encajados en los 18 partidos disputados.
Pero la buena marcha del equipo no ha atemperado los ánimos de Vidal. Así lo demuestra el episodio ocurrido en enero, que el propio técnico explicó así: "Una periodista me pidió una entrevista y sacó un guión lleno de preguntas capciosas. Yo fui sensato y amable con ella, respondí a su cuestionario, pero ella se puso histérica al no gustarle mis respuestas y yo le dije que había sido una entrevista fea y paupérrima. Y como los medios de comunicación de Murcia se pusieron de parte de la señorita anónima, he decidido no hablar con la prensa hasta el día 20 de febrero".
Pero los resultados del equipo han devuelto a la actualidad a Vidal, que es feliz sabiéndose observado por las cámaras, y capaz de exigir a uno de sus jugadores, Valerio, que coma carne pese a su condición de vegetariano.
Su trayectoria se inició en el Cádiz, al que dirigió del 82 al 90. Allí coincidió con Mágico González, con quien mantuvo una relación tormentosa. Cuenta Vidal que la enésima ocasión en la que Mágico faltó a un entrenamiento fue a buscarle a su casa y le encontró en la bañera, con el mayordomo restregándole la espalda.
Una anécdota más de un tipo histriónico, del que se cuentan miles, no todas edificantes. Como aquella en la que una televisión grabó un comentario suyo en el banquillo dedicado a un jugador de color del Logroñés ("el negro éste me va a joder"). Otro futbolista puso días después el vídeo en el autobús, donde el técnico aguantó una pitada descomunal. Tras dirigir al Rayo, Villarreal, Hércules y Compostela estuvo dos años en el paro. En ese tiempo se dedicó a mandar mensajes por el móvil a cuanto director técnico se le puso a tiro, e incluso a algún jugador, para que le buscaran un hueco. Lo encontró en el Murcia, donde Vidal sigue haciendo ruido pero a la vez historia.
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