Inmigrantes en la carretera
Ver a varias decenas de inmigrantes transitar por la A-316 bajo pancartas muy ilustrativas aparecidas, con pasamontañas combatiendo el frío y el paraguas en la mano por si llovía, es todo un espectáculo -reality show lo llaman ahora- digno de ser retransmitido como si se tratara de cualquier etapa de una gran vuelta ciclista. Incluso la presencia de numerosos efectivos de la Guardia Civil protegiendo la caravana era ya en sí todo un síntoma de que algo serio pasaba por la carretera de Baeza a Úbeda a media mañana de un día gris, frío y muy lluvioso. Hasta algunos políticos provincianos, en el Senado, sacaban pecho y asomaban frente para salir en lugar destacado en la fotografía de rigor. ¡Hay que rentabilizarlo todo, que se acercan las elecciones!
Objetivo: Llamar la atención para conseguir "permisos y papeles" y que los lleven a Galicia. Allí trabajarán "como voluntarios" combatiendo el "chapapote". Al menos conseguirán un techo, una ración de comida y, si pudiera ser, la anhelada legalización.
Nos los quitamos de aquí y los trasplantamos allá. ¡Todos contentos!
De camino, no los vemos durante una temporadita en las puertas de los bares más concurridos. Tampoco los veremos "durmiendo" -entre cartones, plásticos y mantas ennegrecidas y húmedas- en los soportales, en los cajeros automáticos o en las entradas porticadas de algunos edificios públicos u obras sin terminar. Los albergues están repletos. No cabe ni uno.
Tampoco los veremos haciendo largas colas para recoger su ración de comida que, benéficamente, varias instituciones públicas y privadas, eso sí, sin ánimo de lucro, reparten a diario entre el casi centenar de "moros malolientes" (textualmente lo dijo un señorito andaluz, de los pocos que quedan) que "arman trifulcas" y "roban los casetes de los coches".
Y nos quedamos tan contentos. La conciencia tranquila y nos besamos "dándonos la paz" en las misas.
Y aquí no pasa nada, porque algunos han conseguido ir algunos días a la aceituna. ¡Mala suerte la suya, pues la temporada está siendo peor que mala!
Mientras tanto, con la cuesta de enero, las rebjas están por todas partes. En fin, esprintando la cuesta de la primera decena de enero algunos decimos que todo eso es insoportable, intolerable e insufrible.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.