José María Banet, un arquitecto con visión social

José María Banet, un arquitecto comprometido y con visión social de su profesión, murió el pasado 15 de diciembre, después de una desigual lucha contra el cáncer. Tenía 67 años.

Gallego de nacimiento y vocación, estudió Arquitectura en Madrid, ciudad en la que vivió, ejerció y murió. Fue profesor de Construcción en la Escuela de Arquitectura de Madrid, y dedicó su vida profesional, sobre todo, al diseño de escuelas infantiles y a la rehabilitación de edificios.

Rondando ya los sesenta años, edad en la que los horizontes vitales suelen discurrir ya por caminos apacibles y conocidos, Banete (como siempre le llamaron sus amigos) se lanzó de lleno a las aguas de la cooperación internacional. Un sentido de la justicia muy puntilloso le llevó a entregarse, en sus últimos años, a quienes más apoyo necesitan, poniendo su competencia profesional como arquitecto al servicio de las sociedades estafadas por guerras impuestas, por miserias impuestas.

Estuvo muy activo en países como Colombia o la República Dominicana; pero donde dio lo mejor de sí mismo fue en Bosnia-Herzegovina: en Mostar coordinó los proyectos y obras de varias actuaciones destinadas a superar los desastres de la guerra, trabajando para los amputados por las minas antipersona, y para la reconstrucción del sistema de salud del nuevo país. Durante cinco largos años se volcó en el diseño, construcción y formación del profesorado de la Escuela de Niños Discapacitados, robando a su estudio todo el tiempo que su exigente trabajo voluntario requirió, que fue mucho. Esa escuela es hoy el orgullo de una ciudad devastada, en la que Banete era muy popular y querido.

Queda, para quienes lo frecuentaron, el natural desamparo de perder un amigo, y para los que tuvieron la suerte de trabajar con él, el recuerdo y el ejemplo de un compañero decente, competente, insobornable y desprendido. Raras virtudes en los tiempos oscuros que corren.-