Los Cuentos de Amalia Domingo Soler
EL PAIS Andalucía insertó un artículo, el pasado 27 de noviembre, sobre la reciente publicación, por parte de la escritora Amelina Correa, de una selección de los Cuentos espiritistas de Amalia Domingo Soler.
La sola mención de la sevillana Amalia Domingo Soler en la Enciclopedia Espasa -como poetisa y escritora cuya nota característica es la delicadeza y la sensibilidad (y no una poetisa "muy engolada", dice Amelina Correa)- es ya de por sí consagratoria. Pero Amalia fue eso, ¡y mucho más!
Fundó en 1879 y dirigió durante 20 años la magnífica revista espiritista La luz del Porvenir, un tesoro de conocimientos, no sólo para los espiritistas, sino también para todo amante del librepensamiento, el laicismo y el progreso científico, cultural, moral y social.
La Iglesia, en virtud de los derechos y prerrogativas que le otorgaba el Concordato de 1851, sí "ponía en entredicho el espiritismo". Y ante las "puyas" lanzadas por aquélla a éste (y no al contrario, como se dice en el citado artículo), Amalia respondía con firmeza. A los sofismas exhibidos por esa institución, la andaluza presentaba lógica y racionalidad, y siempre en el terreno de las ideas, sin descender nunca a la mordacidad, al sarcasmo o al insulto. La quema de libros espiritistas en autos de fe, el problema de los soterramientos, la expulsión de profesores de los centros públicos, etcétera, son situaciones que se le presentaron a los espiritistas.
Ni "el rastro de Amalia Domingo Soler se perdió tras su muerte", ni "su nombre quedó sepultado en el olvido", ni "vuelven a renacer" sus Cuentos espiritistas, porque ni Amalia ni sus libros fueron olvidados nunca. Las consecutivas ediciones de estos vienen sucediéndose ininterrumpidamente desde que se publicaran por primera vez. Y sus "terroríficos" cuentos son sólo eso: cuentos, cuya moraleja o mensaje está en el fondo y no en la forma, cuentos que nos invitan a reflexionar, a mirar por encima de la materia y hundir las raíces en la realidad espiritual.
El Espiritismo es una filosofía espiritualista (no religiosa) de base científica con proyección moral y social, una posición ética frente a la vida que no impone creencia o sectarismo alguno, sino que invita al estudio, a la cultura y a la investigación. Ningún espiritista vive del Espiritismo, y sus centros (y no "logias" ni nada que se le parezca) están legalmente constituidos y les da la luz del sol. Lo demás, no es Espiritismo.
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