Juan Diego Botto revive sus miedos infantiles en 'Trece campanadas'
En la cabeza de Jacobo (Juan Diego Botto) atruena el sonido de 13 campanadas: las que recuerda haber oído siendo niño el día en que murió su padre (Luis Tosar). Esta obsesión persigue al joven durante toda la trama de Trece campanadas, la tercera película del cineasta gallego Xavier Villaverde, que se estrena el próximo viernes en gallego y castellano con 120 copias y que se presentó ayer en Madrid.
Jacobo vuelve a Santiago de Compostela, tras vivir 20 años en Argentina, para visitar a su madre (Elvira Mínguez), ingresada en un psiquiátrico. Allí se enfrenta al espíritu de su padre, que fue un afamado escultor, y encuentra apoyo en María (Marta Etura), una amiga de la infancia.
Trece campanadas, que opta al Goya a mejor peluquería y mejor maquillaje, está basada en la novela homónima de Suso del Toro. "Es una historia de fantasmas y terrores cotidianos, porque no hay nada más terrorífico que el horror que se esconde detrás de la gente que nos quiere y protege, y que se convierte en una amenaza", afirmó Villaverde, realizador de los largos Finisterre y Continental.
Hace siete años, Suso del Toro escribió una primera versión pensada para una serie de televisión de 13 capítulos. No encontró productor y terminó rehaciéndola para el cine con la colaboración de Villaverde y dos guionistas: Curro Royo y Juan Vicente Pozuelo. "La idea original, que se ha mantenido, era crear un mundo gótico, denso y misterioso", señaló el escritor. "Muchos personajes e historias de la serie se quedaron en el camino por falta de espacio; por eso, decidí escribir la novela y así no quedarme dentro con todo lo que no podía contar".
Babelia
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