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Apuntes

Las cifras de las universidades grandes reflejan inquietud por las infraestructuras pendientes

Por primera vez, todas ellas aprueban sus presupuestos antes de empezar el ejercicio

Por primera vez, todas las universidades públicas valencianas tienen aprobados sus presupuestos antes de acabar el ejercicio. Las cuentas de 2003 están en sintonía con el tamaño de los centros: 240 millones de euros la Universidad de Valencia, 218 la Politécnica, 138 la de Alicante, 88 la Jaume I y 65 la Miguel Hernández. Sin embargo, en la primera y mayor de ellas, disminuye casi un 4% respecto al ejercicio anterior; en la Politécnica, en cambio, se incrementa casi un 14%; la de Alicante aumenta un 5,6%; en la Jaume I crece un 3% y en la Miguel Hernández, un 1%.

Los presupuestos del 2003 reflejan las desiguales situaciones de las universidades. Como ejemplo, un vistazo a los gastos de personal: mientras en la Universitat suponen el 60% del total, en la Politécnica y en la Miguel Hernández este capítulo supone el 46% del presupuesto. La antigüedad y la estabilidad de la plantilla condiciona. No es extraño, por tanto, que si la consejería no cubre el costo de las nuevas retribuciones adicionales autonómicas para el profesorado funcionario, en vigor con fecha 1 de enero, los responsables de la Universitat de València anuncien "dificultades" presupuestarias.

Pero en una cosa parecen coincidir. Si algo quedó claro en la presentación de los presupuestos de la Universidad Politécnica fue la inquietud por el futuro de las inversiones universitarias que, más allá de las necesidades propias de esta universidad, planteaba textualmente un "nuevo Programa de Inversiones a solicitar en 2003 por el conjunto de las universidades valencianas" como "fuente" de ingresos para ejecutar las infraestructuras pendientes. Es decir, una demanda global del sistema universitario valenciano que queda más evidente en las grandes universidades. La Universitat de València encabezaba el documento de presentación de los presupuestos con una constatación: "la ausencia, por primera vez en los últimos años de una partida finalista para financiar las inversiones". En consecuencia, proseguía, "es necesario disponer de un nuevo plan de financiación de inversiones para poder completar la falta de infraestructuras que todavía persisten". Desde 1995 hasta 2002, las universidades públicas han dispuesto de ingresos extraordinarios para cubrir el déficit de infraestructuras, reconocido por la Administración, que se han plasmado en dos planes plurianuales de inversiones. Estos eran distintos de los planes plurianuales de financiación, que cubren la subvención ordinaria de las instituciones académicas.

Esos ingresos extraordinarios para edificaciones o ampliación de campus que en unos años han contribuido a cambiar la fisonomía universitaria valenciana son cifrados por la Universitat de València en 18 a 24 millones de euros anuales. Extinguido el II Plan de Inversiones, la Universitat ha presupuestado obras para el 2003 por importe de 18 millones de euros, una cifra casi un 40% por debajo del año anterior. En la práctica, la mayoría de esos recursos, según fuentes de la Universitat, irán destinados a terminar obras ya empezadas, como la finalización de la urbanización y los espacios deportivos del campus de Tarongers, entre otras. También se prevé una partida "para dotar de infraestructuras susceptibles de permitir el traslado de todo o parte de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física a la ciudad de Valencia".

En la Universidad Politécnica, el programa de inversiones del Presupuesto 2003 enumera la totalidad del proyecto de ampliación de infraestructuras programadas hasta la fecha. Un total de 40 proyectos que van desde la Casa del Alumno a las infraestructuras de la Ciudad de la Innovación, pasando por la ampliación y aparcamiento del acceso desde la avenida de Tarongers. Todo ello suma 241 millones de euros. El vicerrector de Planificación y Asuntos Económicos, Javier Sanz, cifró en 100 millones de euros la "financiación extraordinaria" que, sumada a los recursos disponibles, se precisará para culminar estos proyectos de aquí al 2006. Si no hay un tercer Plan de Inversiones autonómico, Sanz apuntó como "última opción" recurrir al endeudamiento a largo plazo con un aval de la Generalitat.

El gerente de la Universidad de Alicante, Rafael Carrillo, coincide en señalar la reducción del ritmo de inversiones para este ejercicio presupuestario. La preocupación por las futuras infraestructuras se plasma, según Carrillo, en "los proyectos de inversiones parados en tanto no haya un tercer plan de inversiones". En las universidades más jóvenes, el problema parece menos acuciante. Las principales inversiones en infraestructuras de la Jaume I para este ejercicio se destinarán al edificio del Consejo Social, ampliación de la Biblioteca y bulevar central (9 millones de euros), además del Paraninfo y las instalaciones deportivas al aire libre. La Miguel Hernández destinará 9 millones de euros a urbanización y ajardinamiento y 6 millones a edificios y otras construcciones.

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Recursos para I+D más ágiles

Buena parte de los recursos para investigación que entran en las universidades son de origen público. Las convocatorias europeas, las del Ministerio de Ciencia y Tecnología y las de la Oficina del mismo nombre de la Generalitat (OCYT) suponen un buen bocado económico para los investigadores universitarios y también tienen su consignación en los presupuestos universitarios. De ahí que el pasado trimestre, los vicerrectores de investigación dirigieran una carta al vicesecretario de Ciencia y Tecnología de la Generalitat Valenciana, Javier Quesada, "ante las restricciones impuestas a las distintas convocatorias del Plan Valenciano de I+D+I durante el año 2002". Los retrasos de estas convocatorias habían "generado un malestar general entre los investigadores, dificultando sus actuaciones y la gestión científica".

En su escrito, los vicerrectores pedían a la OCYT que las convocatorias de 2003 se publicaran "lo más rápido posible" y que se resolvieran "antes del próximo 31 de marzo". La respuesta, en apariencia, no se ha hecho esperar: varias convocatorias del 2003 ya han sido publicadas (ver Panel de la página 4) en el DOGV y todo hace prever que se resolverán este trimestre.

Los vicerrectores también pedían conocer previamente el contenido de las convocatorias, para "poder formular sugerencias y mejoras razonables".

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