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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Listas de espera

Serafín Castellano se postula como Defensor del Pueblo. Sólo así podría explicarse su prevención ante el análisis que tan alta figura institucional ha realizado de las escandalosas listas de espera en la sanidad valenciana. Para nuestro conseller tal problema, como muchos otros, ya denunciados asimismo por el Síndic de Greuges, simplemente no existe. Y además, todo se reduce a "criterios de gestión", es decir, a una presunta y nimia disparidad contable. Por lo que apela a no generar una innecesaria "alarma social". Y es que, claro, a la tierra de las flores y de los planes de choque, no le sienta nada bien el papel de farolillo rojo en cuanto a demoras asistenciales que se le atribuye. Menos aún en vísperas electorales.

Frente a las realidades puestas en evidencia por organismos públicos de reconocida solvencia, nuestro conseller siempre reacciona del mismo modo: todo es falso y hay que devolver la tranquilidad a los ciudadanos. Las listas de espera no existen, la huelga de CESM-CV tampoco, la legionela es un bicho que si se cae al suelo se mata y, apurando un poco, es posible que los propios médicos tampoco sean reales. La sociedad real frente a la virtual. Todo un desatino.

Puesto que su gestión ha sido puesta en solfa repetidamente por quienes tienen que velar por los derechos fundamentales, a Castellano no parece quedarle otra opción que aspirar él mismo a ocupar el puesto del próximo Defensor del Pueblo. Así se evitaría toda alarma social al quedar demostrado que, cuadrando bien las cuentas, en realidad somos los valencianos los que mejor vivimos del mundo. Una foto en traje regional de algún que otro político atando perros con longanizas contribuiría a promocionar esta imagen.

Esperamos que los responsables de la Consejería de Sanidad dejen de actuar como adolescentes sorprendidos in fraganti fumando marihuana (¡yo no he sido, creía que eran Ducados, todo es un error de gestión!) y asuman las responsabilidades políticas correspondientes. O, alternativamente, que dejen paso a otras personas que apuesten de verdad por el diálogo y la transparencia. Y que no se alarmen tanto, ni se sorprendan, al ver su auténtico perfil reflejado en un espejo.

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