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Crónica:A PIE DE PÁGINA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una naranja en la mano

Así. Es decir, una de las manos aquí, la otra más abajo. Las dos manos aquí. Las dos manos más abajo. La mano que estaba más abajo aquí, la mano que estaba aquí más abajo. Después tocas mi cara, después cierras los ojos, después me besas. Después te alejas de mí. Después sonríes. Después esperas que yo sonría. Después, como no sonrío, dejas de sonreír. Después una especie de alarma en tu cara. Después alarma de verdad. Después

-¿Te ocurre algo?

y después las manos que me sueltan, vacilan con el paquete de cigarrillos, abandonan el paquete de cigarrillos, vuelven a cogerme. Es decir, no una de las manos aquí y la otra más abajo, las dos en mi cintura

-Luísa

la voz que cobra fuerza

-Te he preguntado si te ocurre algo, ¿no me has oído?

Después tocas mi cara, después cierras los ojos, después me besas. Después te alejas de mí

un esbozo de sonrisa con la esperanza de que yo también sonría, el esbozo de sonrisa comprueba que yo no y se desvanece, no alarma, enfado y miedo

-Luísa

solamente enfado, uno de los dedos que comienza a hacerme daño

-Luísa

con fuerza entre las costillas y la cintura, nunca antes me había fijado en esa espinilla en la aleta de la nariz, la espinilla me intriga, me acerco para observarla mejor

-¿Cómo es posible que haya dejado escapar esa espinilla?

tú, sin entender

-¿Cómo?

con tu boca casi junto a la mía, aspirándome hacia arriba

-¿Estás jugando conmigo, Luísa?

el dedo que deja de hacerme daño le pide al pulgar que lo ayude a sujetarme el mentón

-Hay momentos en que me asustas, ¿sabías?

tu boca en la mía y mis dientes que se cierran de inmediato, los labios que disminuyen, el pecho que se encoge, mis ojos abiertos contra tus ojos cerrados, mis ojos abiertos contra tus ojos abiertos, tan extraña tu boca de piñón, tan cómica, el piñón que desaparece

-¿Te estás riendo de mí?

la espinilla de nuevo y ahora sólo la espinilla, no tú

-¿Te estás riendo de mí?

ofendido, furioso, la espinilla que da lugar a la cara y la cara cejas solamente

-¿Te estás riendo de mí?

ganas de pedir que te alises las cejas con pelos fuera de lugar, uno hacia arriba, dos hacia un lado, el más grande de los dos hacia el lado más gris, una especie de caracol, el caracol

-Ojalá no te arrepientas, Luísa

casi un murmullo y al borde de un grito, el grito que ocupa el lugar del murmullo

no exactamente un grito, una advertencia ronca

-Te vas a arrepentir, Luísa

la puerta del pasillo que se cierra con fuerza, ruidos distantes

pasos, un cajón o algo así

la puerta de la habitación y silencio, yo en paz, un árbol en la ventana donde la noche comienza, nubes ya no blancas, rosadas, color ladrillo, rojas, la copa del árbol hacia la derecha y hacia la izquierda, sin prisa, la parte del cielo pegada a los tejados lilas, dentro de poco la luna hacia el lado del puente, si yo fuese pequeña y mi madre estuviese aquí

-La luna, Luísa

si mi padre estuviese aquí se escondería tras el periódico abierto, el periódico y piernas que se cruzaban, descruzaban, un pedazo de piel entre el calcetín y el pantalón, la voz detrás del periódico

-¿Qué importancia tiene la luna?

y el ruido de las páginas, qué importancia tiene la luna en realidad, quién se interesa por la luna, mi madre, mosqueada

-Qué importancia tiene la luna, dice éste

despeinándome con una caricia para convertirme en su cómplice y sus uñas que me proponen

-Nosotras dos contra tu padre, Luísa, nosotras dos contra tu padre

nosotras dos contra el mal humor, nosotras dos contra el periódico, nosotras dos contra usted, padre, disculpe, mi madre me lo pidió, ¿no se da cuenta?, la voz detrás del periódico

-Éste tiene nombre, más respeto, Isabel

mi madre Isabel, mi padre João, yo Luísa, la criada Adelaide, todo el mundo tiene un nombre, Dios mío, el vecino viejo don Castanho, todo el mundo tiene un nombre, mi abuela que murió el año pasado abuela Antónia, todo el mundo tiene un nombre, me tumbo en el sofá, acomodo uno de los cojines para apoyar mejor la nuca, me acuerdo de la espinilla

-¿Cómo es posible que haya dejado escapar esa espinilla?

viene la espinilla y después viene la grasa, con la grasa yo

-Si te hago daño me lo dices

y al apretar la espinilla es a ti a quien aprieto, tú entero en mi índice, yo a ti, mostrándote

-Enorme ésta, ¿no?

casi del tamaño de la luna, casi del tamaño del árbol

-¿Qué importancia tiene la luna?

casi del tamaño de las nubes rosadas, color ladrillo, rojas, que la oscuridad va engullendo, y no existe la sala, no existe la casa, no existen los nombres, no existe Luísa, existe yo tumbada en el sofá, yo callada, yo pequeña en el patio, con trenzas, con una naranja en la mano.

Traducción de Mario Merlino.

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