La verdad y 'El rey Lear'
Ligeramente elevado del nivel del suelo y cubierto con un lienzo blanco, el escenario de La Abadía tiene algo de nave de los locos durante los ensayos de El rey Lear, segunda de las obras de Shakespeare que Hansgünther Heyme dirige a esta compañía de jóvenes actores dispuestos a todo, o casi. Heyme, que viste de modo deportivo, es un director que tiene claro lo que quiere de cada intérprete, lo que puede pedirle y lo que debe decir para obtenerlo. Lear es una obra cada día más revalorizada. Muchos la consideran la mejor de su autor. "Quizá sea la más difícil, inmediatamente detrás de Cuento de invierno y de sus otras obras tardías", explica el director después de un ensayo. "Con respecto a la profundidad del texto y a la base que lo sostiene, es la más complicada y una de las de mayor calado. Shakespeare la escribe con la muerte de la reina Isabel y las incertidumbres políticas derivadas de la llegada al trono de Jacobo I como telón de fondo. Lear es Jacobo, y los errores que cometen uno y otro son los mismos".
¿Por qué ha escogido Lear? "Porque en Alemania la visión de las obras de Shakespeare está muy condicionada, y es difícil introducir matices nuevos en el trabajo actoral. Durante el romanticismo se le tradujo con mucho acierto, tanto que se le convirtió en un autor alemán, y a Hamlet, en 'el problema alemán'. En España, en cambio, se pueden descubrir muchas cosas nuevas. Lear es una obra que habla del lenguaje y del silencio. De por qué nos dejamos convencer. Durante el Renacimiento, pensadores como Locke, Hume y Bacon desarrollaron una filosofía del conocimiento a través de la experiencia. Hoy día, cuando predomina un exceso de lenguaje, de información, de discurso, y se concede cada vez menos valor a la experiencia, cabe preguntarse: ¿dónde está la verdad? En el silencio también está la verdad: de eso es de lo que trata la obra hoy". Heyme se refiere al silencio de Cordelia, que pierde el favor de su padre al negarle las palabras que desea oír. Y a Lear, que al prestar oído a los halagos de sus otras dos hijas, se condena a una vejez despojada y trágica. "También es una obra sobre el teatro, en la que todos actúan, todos mienten, se disfrazan o se transforman para poder seguir viviendo. En la escena del acantilado, Edgar construye un universo de mentira para que Gloucester pueda dar el salto".
El rey Lear. Teatro de La Abadía. Madrid. Del 16 de enero al 16 de marzo.
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