Nanotubos que se unen mediante ADN

En nanotecnología, la ciencia y técnica de lo muy pequeño, los expertos necesitan para avanzar materiales nuevos, en el sentido de que no han sido utilizados antes en los circuitos electrónicos, por ejemplo. De los dos materiales que más esperanzas suscitan en la escala de los nanómetros (milmillonésimas de metro) uno es muy antiguo -el ADN o material genético- y el otro es muy nuevo -los nanotubos, moléculas de carbono de reciente descubrimento-. Ahora, científicos españoles y holandeses han conseguido, por primera vez, unirlos y mostrar el camino hacia posibles usos prácticos de esta unión.

"Para hacer circuitos cada vez más pequeños nos acercamos a la escala molecular, de átomos o agrupaciones de átomos", explica Ramón Eritja, del Instituto de Biología Molecular de Barcelona y miembro del equipo junto a Beatriz G. de la Torre. "La tendencia general es a trabajar con los nanotubos de carbono a modo de los cables de cobre actuales. Tienen sólo un nanómetro de diámetro y el interior vacío, por lo que pueden circular electrones que conducen la corriente".

El principal problema de estos nuevos hilos es que son muy difíciles de ensamblar, y por eso el equipo hispanoholandés se fijó en el material genético, que se conoce muy bien y dispone de un mecanismo único de reconocimiento entre las dos ristras de bases químicas que lo componen, como una posible solución.

Los científicos usan moléculas pequeñas de ADN diseñadas a voluntad que se adhieren a los nanotubos. Por cada tipo de molécula se hace una complementaria y éstas, cuando están en solución con los nanotubos, se hibridan con las primeras, uniendo los nanotubos, normalmente por las puntas, con lo que se consigue alargarlos. El proceso diseñado por los investigadores, liderados por Keith A. Williams, de la Universidad de Delft, se publica en Nature (19/26 de diciembre). "Hemos utilizado en los experimentos un análogo de ADN, no la molécula real", explica Eritja, quien también señala que los nanotubos, semejantes al grafito de la punta de los lápices, no se ven afectados por la solución. Los resultados son sólo indicativos, pero muestran una vía para el montaje de nanocircuitos y para la construcción de biosensores mil veces más pequeños.