Harem y Afro Celt Sound System destacan en el final de Actual 2003
Tiersen cerró ayer un festival con buen nivel artístico y poco público
Actual 2003, que finalizó ayer con el concierto de Yann Tiersen, ha significado una vuelta de tuerca más en la intención de los programadores de acercar a Logroño el panorama musical más variado. Una intención loable pero que no ha contado con la respuesta del público, que sólo llenó la carpa el primer día y acudió en buen número la noche de Reyes. A diferencia de otras ediciones, el equilibrio entre cartel y afluencia de público ha desaparecido.
La carpa de conciertos de Actual 2003 cerró con un concierto titulado Siglo XXI, mixturas clásico-eléctricas. Pobre entrada para escuchar uno de los sonidos más mestizos del festival, Afro Celt Sound System. Con una base electrónica y dos pilares bien estructurados en la percusión y el viento, regalaron una actuación trufada de ambientes hindús y africanos. Por momentos sugerentes, a veces dance y en otras ocasiones místicos, fue un broche más que digno para los conciertos de la carpa. Fue el grupo que más se ajustó al espíritu de Actual 2003: acercar las tendencias artísticas que han superado con buena salud la barrera del 2000 y descubrir las recién nacidas que ya son parte de la cultura de nuestro días.
Fueron compañeros de viaje en la última noche en la carpa Gnaw Halwa, con su intimismo trance, y completaron la terna los marselleses Dupain. Alusiones obligadas a la inmigración que conectaron de pleno con la poca gente que se acercó. A media tarde, la sala Gonzalo de Berceo acogió a Tümata y sus sonidos turcos. La penúltima noche en la carpa registró una buena entrada para escuchar Las latitudes del Mediterráneo. Carmen París demostró que, por encima de estilos, lo que cuenta es tener un estilo propio. Más tarde, la World Trip Tronic Dance Band calentó el ambiente con su música etno electrónica y el contoneo de su bailarina, aparentemente desnuda, jugando con dos antorchas. Todo un espectáculo. En la noche de Reyes, por otro lado, los turcos de Harem fueron capaces de emocionar y poner a bailar con la misma facilidad.
Babelia
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