Los hoteles del Pirineo de Lleida y Girona han rozado el lleno total en las fiestas de Navidad

Los hoteles del Pirineo de Lleida y Girona han rozado el lleno total en las navidades. Por la estación leridana de Baqueira-Beret han pasado unos 10.000 esquiadores diarios, mientras que en las de la Cerdanya y el Ripollès la afluencia ha sido menor debido a la falta de nieve. Con todo, la Federación de Hostelería de las comarcas de Girona cifra los porcentajes de ocupación de este último fin de semana en el 95%. En Lleida la cifra de negocio ha sido de 33 millones de euros, de los cuales el 13% corresponde a la venta de forfaits.

El Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida calcula que entre el pasado 24 de diciembre y el 6 de enero más de 100.000 personas han esquiado en alguna de las 11 estaciones agrupadas bajo la marca Neu de Lleida, que han vendido más de 250.000 forfaits, una cantidad ligeramente superior a la registrada en las últimas temporadas. Las ganancias obtenidas durante esta quincena de Navidad supondrán casi el 20% de los ingresos finales de la temporada de esquí.

La presencia de esquiadores no ha sido uniforme en todas las estaciones del Pirineo de Lleida, que ofrece la mayor superficie esquiable de toda España. Como ya viene siendo habitual, el complejo invernal que ha acogido el mayor número de practicantes ha sido el de Baqueira-Beret. Por sus instalaciones han desfilado una media de 10.000 personas por jornada, según explicó ayer Roberto Buil, portavoz de la estación, que ha sido la que ha vendido más entradas, casi el 60% del total. Le siguen por volumen de esquiadores Boí Taüll, Port Ainé y Espot Esquí.

Los hoteles situados en un radio de 30 kilómetros alrededor de las estaciones de esquí han registrado durante las pasadas fiestas una ocupación plena y los establecimientos más alejados han rozado el 85% gracias a la creciente demanda del turismo rural. El Pirineo leridano tiene más de 25.000 plazas hoteleras y otras 40.000 entre apartamentos y segundas residencias.

También las comarcas del Ripollès y la Cerdanya rozaron la plena ocupación hotelera durante el pasado fin de semana, a pesar de que las pistas de esquí de la zona no funcionaron a pleno rendimiento debido a la escasez de nieve y a las anormalmente altas temperaturas. La nieve, que ayer por la mañana empezó a caer con fuerza en la mayoría de las zonas pirenaicas, se hizo esperar en exceso. La Federación de Hostelería de las comarcas de Girona cifra los porcentajes de ocupación de este último fin de semana en el 95%. La ocupación ha sido algo menor en el periodo festivo comprendido entre Navidad y fin de año. La tradición de pasar en familia estas fiestas ha hecho que sólo a partir del día 27 de diciembre los establecimientos hayan llegado a la plena ocupación.

La bonanza meteorológica ha impedido que las estaciones de esquí pudieran fabricar nieve artificial, pero ha beneficiado al montañismo y al turismo cultural. La zona turística de la Costa Brava ha tenido cifras muy bajas de ocupación. La mayoría de los establecimientos aprovechan las festividades navideñas para dar vacaciones a su personal y se ofertan poco más del 20% de las plazas disponibles. Sólo algunas zonas turísticas, como Lloret de Mar, han llenado parte de sus establecimientos.

Las cuatro estaciones de esquí gerundenses han tenido una excelente ocupación, aunque han coincidido en las dificultades para ofrecer una buena calidad de nieve. Sólo en la recta final de las fiestas navideñas la temperatura a descendido hasta permitir el funcionamiento de los cañones de nieve artificial.

Las estaciones de Núria, Vallter, La Molina y Masella han salvado con éxito los inconvenientes meteorológicos y confían en tener ante sí una excelente temporada. Joan Antoni Font, director de la estación de La Molina, explicó ayer que han tenido una media de unos 4.000 esquiadores diarios, a pesar de que en la recta final de las vacaciones la baja calidad de la nieve ha restado público. La estación tenía ayer entre 10 y 20 centímetros de nieve y la mayoría de sus instalaciones abiertas.