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Cormán muestra en San Sebastián su obsesión por detener el movimiento

La Galería Altxerri exhibe las pinturas más recientes del artista

Maribel Marín Yarza

En la pintura de Jesús María Cormán (San Sebastián, 1966) hay mucho de intuitivo: desde la elección de la paleta hasta la temática. Pero el artista, escritor y autor de las letras de buena parte de las canciones de Mikel Erentxun, siempre se enfrenta al proceso creativo guiado por alguna obsesión. ¿Cómo detener el movimiento? Es la pregunta que ha marcado sus últimos meses de trabajo y a la que responde en la Galería Altxerri de su ciudad natal.

La exposición, que permanecerá abierta al público en Altxerri (Reina Regente, 2) hasta mediados de este mes, refleja la evolución natural de un artista muy influenciado por los paisajistas del siglo XIX. Todas las obras que presenta son abstractas, pero se intuyen los espacios, el horizonte de forma velada, casi como una sensación. "La forma de trabajar los cuadros es absolutamente abstracta", explica el artista. Ni siquiera utiliza el pincel. "Pero no nos vamos a engañar, mis referentes históricos están en el siglo XIX y al final eso sale", dice. "Aunque seas un pintor abstracto sabes de dónde vienes".

Cormán no se propuso conscientemente presentar una exposición de paisajes. Su única guía, el único camino que ha seguido conscientemente, ha sido su obsesión por detener el movimiento. En etapas anteriores, el artista estaba interesado por el movimiento como concepto. Dejaba que los pigmentos se desplazaran por la superficie de la tela. "La pintura se iba perdiendo por los márgenes, casi como ocurre con la fluctuación de las mareas: el agua va, viene y deja sus rastros, sus surcos y ondulaciones en la arena", recuerda. Pero hace unos meses, se despertó en él una nueva inquietud. "Después de haber visto 100 imágenes efímeras pasar por delante de mis ojos llegó un punto en el que una me cautivaba. El problema era deternerla". ¿Cómo lo ha logrado? "Con el equilibrio", responde. Aunque el resultado no es siempre el deseado. "Tratas de buscar el nivel exacto de la superficie para que todo aquello se pare y nunca lo consigues. Entonces es un fracaso casi anunciado, pero ahí está la gracia de este trabajo".

'Reposo absoluto'

El resultado de esa obsesión se resume en más de medio centenar de obras que Cormán ha colgado de Altxerri y varias decenas que han quedado en su estudio para no sobrecargar la sala. Entre otras cuestiones, porque la exposición se titula Reposo absoluto, lo que ofrece unas connotaciones sanitarias que nada tienen que ver con su obra. "Me gustaba como metáfora de cómo ha ido gestándose esta exposición", señala el artista. Y del proceso de trabajo que ha seguido para lograr detener las imágenes que surgían de su paleta, cada vez más austera. ¿Responde a un estado de ánimo? "Es posible. Uno elige los colores de forma instintiva".

El título encaja además con la sensación que tiene el espectador al pasear por la sala y detenerse ante las obras. "El lenguaje visual del conjunto de la obra es muy sosegado", constata.

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Cormán no da por cerrada esta etapa. Principalmente porque nunca sabe por qué derroteros caminará su pintura hasta que entra en el estudio. "Nunca llevó una idea preconcebida", explica. "El filón sólo lo ves cuando estás pintando". Es de los que creen que la inspiración no llega sin trabajo. De hecho, ya prepara su viaje a la feria Arco con Altxerri y sus dos próximas exposiciones colectivas. La primera se abrirá al público el 25 de abril en el Palacio Aranburu de Tolosa y la segunda, tras el verano, en la Ciudadela de Pamplona.

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