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Los robos violentos se disparan en la capital y crecen un 28% en 12 meses

Durante el año recién finalizado se han cometido 111.201 robos, 18.226 más que el anterior

Los robos con violencia e intimidación, delitos en que el asaltante utiliza algún arma para amedrentar a su víctima y desvalijarla, siguen creciendo en Madrid. Si en 2001, y sólo en la capital, se produjeron 27.589 atracos violentos, durante el año que acaba de terminar se han registrado 35.205 (7.616 más, lo que representa un aumento comparativo próximo al 28%), según datos de los jueces de la plaza de Castilla de Madrid. El plan de choque contra la inseguridad implantado por el Gobierno en Madrid capital a mitad del último semestre de 2002 no ha dado aún los frutos deseados, puesto que en los seis primeros meses de 2002 se contabilizaron 17.012 atracos, y 18.193 en el segundo semestre.

Comparando los dos semestres de 2002, se observa que en el segundo se han contabilizado unos mil atracos más que en el primero (18.193 frente a los 17.012 del primer semestre). Pero hay que tener en cuenta que los datos del primer semestre, comparados con el mismo periodo del año 2001, eran ya de por sí espectaculares, puesto que representaban un incremento cercano al 23% en lo que respecta a robos con violencia e intimidación (los atracos callejeros), que son los que más inquietud generan en la población. De hecho, las encuestas apuntan a que la inseguridad que genera la delincuencia es uno de los problemas que más preocupa a los madrileños.

El Plan de Lucha contra la Delincuencia, consistente en redoblar la presencia de agentes en las zonas más conflictivas de la ciudad, fue anunciado por el Gobierno de José María Aznar el pasado 25 de septiembre, aunque entró en funcionamiento algunos días después. Se reforzaron con 300 agentes de seis unidades de intervención policial (antidisturbios) distritos como Centro, Usera, Vallecas y Tetuán.

A mediados del año pasado, desde el Ministerio del Interior se atribuyó el aumento de la inseguridad ciudadana al incremento de la población inmigrante. Atribución ésta que fue duramente criticada por las ONG, que ven detrás de las trabas que pone el Gobierno a la regularización de inmigrantes uno de los motivos del incremento de la tasa delictiva.

No sólo han aumentado los robos con violencia o intimidación en las calles de Madrid capital. También han crecido, en torno al 16%, los robos con fuerza en las cosas. En este tipo de ilícitos no median armas, aunque los delincuentes destrozan enseres o inmuebles para perpetrar su fechoría. Jurídicamente, se denominan así a los asaltos a chalés, casas o locales públicos.

'Aluniceros'

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Son robos con fuerza en las cosas, por ejemplo, los que cometen los llamados aluniceros, que empotran coches contra lunas de locales públicos y que sustraen los artículos de los escaparates. Poco antes de las vacaciones de Navidad fue descabezada una de las principales bandas de aluniceros que actuaba en la Comunidad de Madrid.

En cifras, la capital madrileña ha contabilizado en 2002 un total de 75.996 robos con fuerza en las cosas, frente a los 65.386 de 2001, siempre según los datos que manejan los jueces de la plaza de Castilla. De estos juzgados dependen más de tres millones de madrileños.

Estos datos resultan de la suma de denuncias y atestados que al respecto llegan a los juzgados de ciudadanos y policías. En los robos con fuerza sí parecen notarse los efectos del plan de choque policial, puesto que se observa una reducción de la tasa delictiva si se comparan los dos semestres del año pasado: los 39.142 robos con fuerza registrados en el primer semestre cayeron a 36.854 en el segundo (en total del año, 75.996).

Sumando el total de atracos violentos y el de robos con fuerza, la capital ha contabilizado en el año recién extinguido 111.201 robos, frente a los 92.975 de 2001 en las mismas materias; en conclusión, en 2002 han habido 18.226 robos de todo tipo más, en total, que en 2001. Y todo ello sin contar los hurtos, cuya cifra es también sobrecogedora. En 2002 -sólo en la capital, se excluye el resto de la región- se han registrado 145.653 hurtos, unos mil más que un año antes. En los hurtos, el caco sustrae a su víctima dinero o cualquier otro artículo de valor, pero no utiliza para ello ni violencia ni provoca destrozos. Los jueces terminan archivando muchos de estos atracos ante la dificultad que presenta para las víctimas el identificar a los autores.

Por otro lado, entre enero y el pasado 31 de diciembre, los jueces de la capital contabilizaron 106 casos de homicidios e intentos de homicidio y ocho de asesinato (excluyendo el registrado el día de las doce campanadas en Puente de Vallecas, que se inscribe ya en el nuevo año). En este aspecto la estadística es similar a la de 2001, que registró 114 homicidios e intentos y dos asesinatos.

La cifra de diligencias abiertas por agresiones a personas también es significativa en la capital. En 2002 se han instruido 63.438 diligencias e, igualmente, se han abierto otros 363 procedimientos contra ciudadanos que han participado en riñas tumultuarias.

Más de 18.000 coches sustraídos

Los robos y hurtos de coches en la capital se han reducido ligeramente en 2002 respecto a 2001, aunque la cifra no deja de ser abultada. Según datos judiciales, durante el año que acaba de terminar se produjeron 18.006 sustracciones de vehículos en las calles de la capital. En el mismo periodo (entre el 1 de enero y el 31 de diciembre) de 2001 se cometieron 19.085, aproximadamente unos 1.000 más. Los efectos del Plan Policial de Lucha contra la Delincuencia, que entró en funcionamiento a principios del pasado octubre y que supuso incrementar la presencia de agentes en los distritos de la capital más conflictivos, también se notan, aunque levemente. Comparando los dos semestres de 2002, se aprecia que en el segundo, con 8.955 robos de vehículos, se produjeron unos 100 robos menos de coches que en el primero (9.051). Los datos de los jueces discrepan en este aspecto de los de la policía. La estadística policial refiere que a lo largo de 2001 se robaron 20.617 coches (56 diarios). Según fuentes jurídicas, habitualmente los ladrones roban los coches como un medio para cometer otros delitos de mayor envergadura: por ejemplo, para cometer los llamados alunizajes (empotrar un coche contra la luna de un comercio y robar los artículos del escaparate) o para atracar gasolineras. La estadística delictiva que manejan los jueces muestra, asimismo, un claro descenso de ilícitos en lo que respecta a la conducción de vehículos bajo los efectos del alcohol. Las 3.551 diligencias judiciales abiertas en 2001 por este asunto se han reducido a las 2.462 abiertas a lo largo de 2002. Si bien los jueces de Barcelona, durante años, han permitido la detención de los conductores que iban ebrios (y luego los sometían a un juicio rápido), en Madrid esta práctica siempre ha estado vetada. El fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, se ha pronunciado en contra de la detención de un conductor ebrio. Defiende que, en estos casos, la Guardia Civil debe inmovilizar el vehículo del infractor, pero no detenerle. Todo ello con independencia de que los agentes instruyan el oportuno atestado y, ulteriormente, se depuren las responsabilidades penales adecuadas. Eso sí, una vez sorprendidos ebrios en el coche, son muy pocos los conductores que se niegan a someterse a la prueba de alcoholemia: en la capital se contabilizaron en 2002 39 negativas, dos menos que en 2001.

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