"Galletas Fontaneda tiene plenamente asegurado su futuro"
La compra de la planta de Aguilar de Campoo ha cerrado un conflicto en la localidad palentina
Juan Manuel González Serna es el presidente y propietario de la empresa Siro. Abogado y economista, casado, sin hijos, con 47 años, ha levantado junto a su mujer, Lucía, un nuevo grupo alimentario en los sectores de galletas, snacks y pastas con la compra de cinco empresas a las multinacionales Danone, Barilla y United Biscuits. Hoy factura 148 millones de euros.
La última operación ha sido la compra de la fábrica de Fontaneda a la multinacional United Biscuits, que pasará a denominarse Horno de Galletas de Aguilar de Campoo. Así pone fin con esa operación a un duro conflicto surgido en la empresa y que ha tensionado al máximo las relaciones sociales en esa localidad palentina. Siro llegó a Aguilar de Campoo como el salvador de la fábrica. Y González Serna se esfuerza y presume de conocer casi a cada uno de sus 900 trabajadores
"Nuestros planes pasan por mantener una plantilla de 210 trabajadores en la factoría de Aguilar de Campoo"
"Es posible que en el futuro baje el volumen de ventas, pero aumentará la facturación y el valor añadido de la fábrica"
Pregunta. ¿Por qué compró la fábrica Fontaneda cuando sobra capacidad instalada en el sector?
Respuesta. En los últimos años se ha producido un importante ajuste de empresas galleteras. Sobraba capacidad instalada para fabricar la maría, que supuso hasta el 60% del mercado y que ha caído anualmente entre el 5% y el 10%. Pero no sobra capacidad instalada para otras líneas de producción.
P. United Biscuits dejó Fontaneda por sus números rojos, estar obsoleta y en quiebra. ¿Tiene futuro la factoría?
R. La planta tiene asegurado plenamente su futuro en el seno del grupo Siro. Dispone de unas buenas instalaciones en hornos. Solamente se debe acometer un ajuste de líneas para elaborar las nuevas producciones que demanda el mercado.
P. Siro se retiró en el pasado mes de mayo de las negociaciones con United Biscuits para la compra.
R. Estuvimos interesados desde el primer momento en la compra la empresa. Por cortesía con el grupo local Gullón nos retiramos de las negociaciones y solamente hemos vuelto a las mismas cuando se nos comunicó que se habían roto las conversaciones con esa empresa.
P. ¿No ha existido por su parte una estrategia calculada para entrar en las negociaciones al final cuando se vislumbraba el conflicto entre los trabajadores y United Biscuits?
R. No hubo ninguna estrategia premeditada. Todo lo contrario, hemos empujado para que escucharan nuestra propuesta desde la Junta de Castilla y León a los sindicatos.
P. La asamblea de trabajadores le dio un voto masivo de confianza incluso en contra de los representantes sindicales.
R. Los trabajadores han mostrado su total confianza en nuestro proyecto, y ello, aparte de darnos ánimos, nos obliga a una gran responsabilidad para el desarrollo del proyecto. Estoy satisfecho de que nuestro plan haya devuelto la ilusión a un importantre colectivo de trabajadores y que, en conjunto, haya dado un nuevo aire a la vida de un pueblo que lo estaba pasando mal. Pero todo ello nos obliga también a un fuerte compromiso para no defraudar a nadie.
P. ¿Cuál es el plan industrial para la fábrica?
R. Tenemos en marcha un proyecto ilusionante. Vamos a invertir en los próximos dos años 24 millones de euros, 4.000 millones de pesetas, para levantar en definitiva otra nueva empresa. Invertiremos para diversificar, para pasar de la fabricación de la maría a nuevas gamas de productos con mayor valor añadido, con galletas especiales o surtidos. Es muy probable que en el plazo de dos años haya disminuido el volumen de ventas de la planta. Pero habremos ganado en facturación y en valor añadido
P. ¿Cuáles han sido sus compromisos en materia de empleo en Aguilar de Campoo?
R. El grupo Siro se ha comprometido a mantener los actuales puestos de trabajo en la planta. Es más, es probable que en los próximos meses una parte de la actual plantilla, 210 trabajadores, opte por las jubilaciones anticipadas o por los traslados que sigue ofreciendo el grupo multinacional United Biscuits. Nuestra oferta es que, en el plazo de dos años, la plantilla efectiva siga estando en los actuales 210 puestos de trabajo.
P. Ha levantado el grupo Siro en la última década adquiriendo derribos en venta por parte de diversas multinacionales. ¿Qué política ha seguido para hacer viables empresas que arrastraban importantes problemas?
R. Hemos tenido que comprar esas empresas porque no teníamos recursos para comprar primeras marcas. En su día no pudimos comprar, por ejemplo, Galletas Cuétara ni otras marcas caras. A partir de las adquisiciones a esos grupos multinacionales, unas baratas y otras no tanto, hemos inyectado a las mismas ilusión, trabajo y dar nuevos aires a las producciones de acuerdo con la demandas.
P. En los últimos años usted ha reorganizado su grupo con la supresión de varias plantas en lo que ha calificado como "cierres éticos".
R. Los cierres éticos significan el esfuerzo del empresario para que, al eliminar una planta los trabajadores no se vayan al paro y que tengan una nueva colocación en su zona. Es lo que Siro ha hecho en Cataluña o en Tordesillas y que seguiremos haciendo.
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