"Si coges un año sabático, eres prehistoria"
Pregunta. ¿Por qué se nos gastan tanto los ojos?
Respuesta. Bueno, en realidad, no tanto como piensa la gente. A partir de cierta edad se pierde la capacidad de enfoque de cerca (es la presbicia o vista cansada), y a partir de ahí a uno le entra la depre de no saber qué come o qué firma si no se pone las gafas.
P. ¿La vista cansada deprime?
R. Hoy es el principal reto que tiene la cirugía refractiva. Prácticamente se ha solucionado el problema de la miopía, el del estigmatismo, el de la hipermetropía... Pero no hay nada que te garantice una intervención de vista cansada y que puedas ver bien sin estropearte la visión de lejos.
P. Para intervenir en los ojos con láser es necesaria una gran serenidad.
R. La experiencia hace que se afronten los problemas con más relajación, pero aún así ante una intervención siempre existen nervios. Al final ocurre como con los exámenes: cuando empiezas, se acabó. Te concentras absolutamente en lo que estás haciendo. De todos modos, mi personalidad es muy sosegada.
P. ¿Quien lleva gafas hoy es porque quiere?
R. En un porcentaje superior al 80% diría que sí. Hay técnicas capaces de quitar esos defectos.
P. Pero es más barato usar gafas que operarse, ¿no?
R. Ahí hay muchos estudios hechos (todos elaborados para justificar la intervención, por supuesto) que dicen que en cinco años de cambiar monturas y lentes se ha amortizado la intervención.
P. ¿No hay peligro de que el criterio empresarial se superponga al médico?
R. Ése es, para mí, el gran problema. La tecnología comporta grandes inversiones que el profesional libre, por lo general, no puede abordar. Al final, termina dependiendo de un empresario que trata de hacer rentable su inversión, y muchos profesionales acaban sometidos a la presión de tener que operar más de lo necesario. Eso puede comportar algunos fallos médicos, puesto que se ven forzados a intervenir a sabiendas de que el paciente no va a quedar perfecto.
P. ¿Los ojos son algo más que para ver?
R. Los ojos son lo más expresivo que tenemos. Si a una cara le quitamos los ojos, se acaba pareciendo demasiado a todas las demás. Dan al rostro un atractivo especial, aunque uno no sea guapo.
P. ¿El láser es el futuro en la oftalmología?
R. Tiene un gran inconveniente tan importante como para que no lo sea: no es reversible. Su efecto es para toda la vida. Y eso, que por un lado está bien, puede ser contraproducente en casos de presbicia, puesto que el operado puede llegar un momento en que no vea de cerca. Aunque todavía no cuenta con las autorizaciones correspondientes, hay unos implantes intercorneales, que son una especie de lentilla que cuando se modifica el efecto de refracción puede ser sustituda por otra más adecuada. Tenemos una reversibilidad del efecto.
P. En su disciplina, ¿la tecnología avanza a gran velocidad?
R. Va tan rápida que como te cojas un año sabático, te quedas en la prehistoria.
P. Eso de que la zanahoria es buena para la vista, ¿ es un bulo o va a misa?
R. Es tan cierto como que el tomate también es bueno para la vista. Es simplemente por el contenido vitamínico: la vitamina A. Es un antioxidante que ayuda a preservar la calidad visual, pero no hay que confundirse con que si se come zanahoria no se tendrá miopía. Si tienes que ser miope, ya puedes comer zanahoria que lo serás igual.
EN DOS TRAZOS
La primera vez que Rogelio Pérez (Sueca, 1951) vio un 'stimer laser' en Interlaken (Suiza), en 1990, le pareció que estaba en un recinto de ciencia ficción. Sin embargo, aunque había desembocado por casualidad en la oftalmología, a los seis meses estaba operando con láser y lasik, y se había convertido en pionero en la aplicación de cirugía refractiva en la Comunidad Valenciana. Es un convencido de la medicina pública ("aunque no como se enfoca aquí") reseteado en los congresos internacionales y con la serenidad que confiere el virtuosismo.
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