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El 'Vicky' fue rechazado en Nueva York en 2000 a causa de una fuga

El petrolero cambió en septiembre de nombre y de armador

El Vicky, el petrolero de bandera turca que colisionó el pasado miércoles con un carguero semihundido en el canal de la Mancha y que desde hace dos días se halla encallado en aguas belgas con pérdidas limitadas de carburante como resultado del choque, tuvo ya hace dos años problemas de casco, informaron ayer fuentes especializadas. El barco está anclado frente a la costa de Ostende, al noroeste del país.

El Vicky está a la espera de trasvasar a otro buque gran parte de sus 70.000 toneladas de gasóleo, aunque las malas condiciones climatológicas reinantes pueden retrasar la operación varios días.

La Comisión Europea anunció ayer que presentará en breve a los Quince nuevas medidas para mejorar la seguridad marítima y clarificar rápidamente las responsabilidades jurídicas en accidentes como el del Prestige, el pasado noviembre en Galicia, y el de ahora en el canal de la Mancha.

Las autoridades de Nueva York prohibieron en 2000 la entrada a puerto del Vicky a causa de una fuga, aseguró ayer el boletín especializado Oil and Gaz Daily citado por la agencia France Presse. El barco, construido en 1981, se llamaba entonces Bear G antes de cambiar en septiembre de nombre y propietario y de ser fletado por la financiera norteamericana Morgan Stanley.

Ahora, con su nueva identidad navegaba desde la norteña ciudad belga de Amberes hasta Nueva York cuando se empotró el miércoles por la noche contra los restos del carguero noruego Tricolor, que se hundió cerca de Calais (Francia) el 14 de diciembre con cerca de 3.000 coches a bordo. El capitán pudo enderezar el rumbo, pero paró máquinas poco después en aguas territoriales belgas tras detectar una fuerte entrada de agua y pérdidas de combustible.

Bélgica asegura que la situación está controlada y que no hay riesgo de marea negra a pesar de que hay fisuras en la línea de flotación del petrolero, vigilado desde el jueves por un guardacostas. Un equipo de submarinistas comenzó a inspeccionar ayer tarde el impacto del choque, que no tiene aparentemente más explicación que la de un fallo humano, pues la zona siniestrada estaba señalizada por balizas. El Gobierno belga ha pedido, sin embargo, a Francia que refuerce la señalización después de este incidente que sigue a otro similar en el mismo lugar, hace dos semanas.

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Una vez que concluyan los trabajos de inspección del casco y del examen de los expertos se procederá a bombear gran parte del depósito a otro barco y llevar luego el petrolero accidentado a puerto. Los expertos afirman que la operación es compleja y que puede dilatarse varios días ante las pésimas condiciones climatólogicas.

Este incidente y la extensión a Francia de la catástrofe ecológica del Prestige han rebasado la paciencia de muchos Gobiernos de la UE resueltos ahora a poner orden en el caos de la navegación mercantil. El presidente francés, Jacques Chirac, ha pedido a Romano Prodi que la Comisión Europea acelere la propuesta de medidas "para imponer más honradez y transparencia en un sistema marítimo que deja actuar a auténticos canallas".

La Comisión presentó ya, el 21 de diciembre, un proyecto de reglamento, que podría entrar en vigor en marzo si logra la aprobación del Consejo y el Parlamento, para impedir la entrada a ningún puerto de la UE de barcos monocasco cargados con aceites pesados. Los Quince quieren también adelantar la retirada de todos los petroleros antiguos de casco único a 2005.

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