Navidad sin regalos
Aquel año los Reyes Magos y Papá Noel decidieron unir sus fuerzas: se quedarían en casa. Por más que les pesara, no volverían a repartir más regalos mientras las cosas no cambiaran. Durante años habían seguido repartiendo regalos pese a los conflictos, guerras o las mayores injusticias. Alguna vez habían dudado, pero siempre había prevalecido la idea de seguir repartiéndolos pese a todo. Sin embargo, aquel año el estado general de la Humanidad llegó a tal deterioro que pensaron que no podían contribuir a la idea de que todo podía seguir igual Navidad tras Navidad. Había que decir basta y ésa era su mejor forma de decirlo, de llamar la atención de todos los poderosos.
Además, contaban con el mayor y más poderoso ejército del Mundo: los niños.
Les explicaron sus razones y todos lo comprendieron: su futuro Mundo sólo les pertenecía a ellos y ninguno de todos quería que hubiera más hambre ni más guerras. Ése era el mayor y único regalo que querían: su futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.