La Bolsa pierde el 28,11% en 2002, la mayor caída de los 10 últimos años

El Ibex 35, el principal índice de la Bolsa española pierde en este año el 28,11%, la mayor caída anual de su historia, y en tres años acumula un descenso del 48,14% como consecuencia de las sucesivas crisis que se han ido produciendo: Latinoamérica, debilidad económica, fraudes contables y el miedo a una guerra en Oriente Medio. El índice general de la Bolsa de Madrid pierde el 23,10%. Los problemas, iniciados en marzo de 2000 con la crisis tecnológica, se han llevado por delante casi la mitad del valor de las acciones en estos tres últimos años.

Los mercados de valores han padecido en este año una de las mayores crisis de confianza que se recuerdan, como consecuencia del carácter acumulativo de los diferentes problemas que se han ido produciendo. Las secuelas de la crisis argentina, la persistente debilidad de las economías de Estados Unidos y la UE, los fraudes contables y el miedo a una guerra en Oriente Medio han alimentado la desconfianza de los inversores hasta llevarla a niveles sólo comparables a las pérdidas que han sufrido en los mercados.

El Ibex 35 cierra este año con un descenso del 28,11%, el mayor de su historia, y en los tres últimos años, desde que comenzara la crisis de la llamada "nueva economía", ha perdido el 48,14%, prácticamente la mitad de su valor. El índice general de la Bolsa de Madrid pierde en este año el 23,10% y desde 2000 acumula un descenso del 37,14%.

Las variables que han llevado a tan negativos resultados son múltiples y difícilmente puede decirse cuál de ellas ha tenido más influencia. En el caso del mercado español han sido las secuelas de la crisis argentina las que han pasado una factura más directa, al forzar a las grandes empresas españolas a provisionar fondos millonarios para cubrir la depreciación de sus activos en Argentina, primero, y en el resto del área, después. Los resultados de Telefónica, BBVA, SCH, Endesa y Repsol YPF se han visto drásticamente mermados por segundo año consecutivo y sus cotizaciones lo han reflejado. Telefónica pierde en este año el 43,31% de su valor en Bolsa, a pesar de la reciente promesa de pago de dividendo y de mantener las ampliaciones de capital gratuitas. El BBVA ha perdido el 34,46% y el SCH el 30,61%, mientras que Endesa cae el 36,71% y Repsol YPF el 23,44%.

De los 35 valores que forman el índice Ibex, 16 bajan este año más del 25% y sólo ocho consiguen terminar con avances, entre ellos varias construtoras, Iberia, el Banco Popular y Gamesa.

Aunque los malos resultados provocados por la crisis argentina han sido muy importantes, su efecto se ha visto agrandado por la crisis de confianza derivada de los fraudes contables detectados en Estados Unidos y por la manipulación de las recomendaciones de las grandes casas de Bolsa. El tremendo fraude de que se sintieron víctimas los inversores afectó a todos los mercados y también tuvo su efecto multiplicador al coincidir en el tiempo con los primeros datos que presagiaban que la anunciada recuperación económica no sólo no estaba a la vuelta de la esquina, sino que posiblemente habría que esperarla algunos trimestres más.

En los meses de septiembre y octubre los índices de la mayoría de los mercados conocieron los niveles mínimos del año por la desconfianza de los inversores en el sistema financiero, algo que atañía casi exclusivamente a Estados Unidos, pero que ha sido fácilmente exportable al conjunto de los mercados debido a la capacidad de arrastre de Wall Street sobre el resto de las bolsas. El Ibex 35 cayó por debajo de los 5.300 puntos, llegando a acumular unas pérdidas anuales del 37%.

En la recta final del año se ha producido una ligera mejoría hasta el nivel de los 6.700 puntos en el Ibex 35, que reportó un 28% de subida en mes y medio, pero en diciembre la Bolsa perdió fuerza debido al miedo creciente a que Estados Unidos inicie una nueva guerra contra Irak y el Ibex 35 bajó un 10% hasta quedar en 6.036,90 puntos.

La mayoría de los analistas está convencida de que la invasión de Irak tendrá lugar, lo que se ha traducido en una amplia corriente de ventas en todos los mercados de valores y en un encarecimiento del precio del petróleo por encima de los 30 dólares por barril, lo que hará crecer la inflación y dificultará todavía más la recuperación económica. La capacidad de anticipación de los mercados a los movimientos económicos, cifrada en una media de seis meses, aún no da señales de vida.