Un barco español atraca en el puerto de Barcelona con tres polizones iraquíes a bordo
Los hombres reclaman una entrevista con algún representante de las Naciones Unidas
Cristina Martín explicó ayer que, según los documentos a los que tuvo acceso, a mediados de este mes los tres hombres habían tratado de ponerse en contacto con representantes de la ONU en Beirut, pero les citaron para mediados del próximo mes de enero, por lo que el pasado día 20 optaron por subir al Candelaria B como polizones.
La abogada se quejó ayer del trato policial que recibieron los tres iraquíes: "Yo sólo pude verlos durante unos minutos, pero les fue denegado el derecho a un traductor y a un abogado de oficio", explicaba ayer Martín, quien aseguró que otro representante legal de los armadores y un miembro del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se personarán hoy en el Candelaria B en Valencia para tratar de entrevistarse con los tres polizones y averiguar cuál es su situación.
Tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la policía portuaria se negaron ayer a hacer declaraciones y mantuvieron una actitud de secretismo. En algunos casos, hasta negaron conocer la existencia de tres polizones, pero un oficial del buque, que pidió no ser identificado, confirmó su presencia en él y declaró que a medianoche el barco partiría hacia Valencia con los polizones a bordo. "La policía ha encerrado a cada uno de los iraquíes en un camarote, ha instalado un agente en cada puerta y niega el acceso a ellos incluso al capitán del barco, Jorge Villar", aseguró ayer el oficial.
El Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) también intentó, infructuosamente, ponerse en contacto con los ciudadanos iraquíes para averiguar si querían solicitar asilo político, pero ni la subdelegación de Gobierno ni la policía les concedió permiso para hablar con ellos, según Antoni Lluch, de CEAR-Cataluña. "Deberían tener un poco más de respeto con la legislación, porque en caso de petición de asilo político, los polizones tienen unos derechos, pero al no haber podido hablar con ellos no conocemos sus intenciones ni la situación en la que ahora mismo se encuentran", señaló ayer Lluch, quien aseguró que los miembros del CEAR en Valencia "ya están avisados para cuando llegue el barco allí y hacer un seguimiento de estas personas, que ahora mismo deben de estar viviendo una situación muy delicada por la amenaza de guerra que vive su país".
"Si volvemos, nos ejecutan"
"No podemos regresar a Irak porque, si volvemos, nos ejecutan". Éstas fueron las palabras que transmitió por teléfono uno de los polizones a Mohamed Homfi, traductor de árabe que colabora con CEAR y que pudo hablar con ellos dos minutos a petición del capitán. "Lo que quieren es vivir en paz y encontrar trabajo", afirmó ayer Homfi, que añade que también le dijeron "que estaban bien y que habían recibido un buen trato por parte de la gente del barco". Homfi, que es de nacionalidad siria pero lleva más de 25 años en Barcelona, explica que le apena la situación de los iraquíes porque, precisa, "cuando te vas de tu país pasas miedo, estás inseguro y no sabes qué va a ser de ti". Él trabajó mucho tiempo en un barco y asegura que sabe lo que debe de estar viviendo el capitán. "Vivir en el mar es bastante duro, pero cuando encuentras polizones es todo aún más complicado", dice Homfi.
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