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Crítica:PREMIOS DE NARRATIVA | PREMIOS DE NARRATIVA | LOS PREMIOS DEL AÑO ELIGEN LOS LIBROS DE 2002 | Los mejores del año
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pericia narrativa y compromiso

UNAI ELORRIAGA. Premio Nacional de Literatura por SPrako tranbia (Elkar), que se editará en primavera en español como Un tranvía en SP (Alfaguara).

Con Tundra (Susa), Igor Estankona nos ha hecho polvo. Creíamos que todas las imágenes estaban gastadas ya, estaban tiradas por el suelo, estaban pisoteadas, y nos ha demostrado todo lo contrario. Pero la forma más limpia de explicar la poesía es gozar con ella, y por eso me he tomado la libertad de traducir su poema El ojo derecho de Polifemo: "Cuando dormimos / una abeja nocturna hace miel para nosotros / valiéndose de las mismas argomas que nos rasgan el corazón. / De hecho, la vida no lo es todo, / muchas veces no es ni siquiera lo más importante, / mira cuántas cosas ha decidido / no ser y punto".

ÁLVARO POMBO. Premio Fundación José Manuel Lara por El cielo raso (Anagrama).

El rompecabezas de la sexualidad (Anagrama), de José Antonio Marina. Es un replanteamiento de todo el tema de la sexualidad humana. Como él mismo dice es un segundo manifiesto para una segunda liberación sexual. Sólo que esta vez, frente a una sexualidad ingeniosa y desvincualada, Marina propone hacer una comprometida y responsable consigo mismo y con el entorno. No quedarnos en el simple juego amoroso para que no seamos argonautas sin cargamento y buscar algo que nos integre en el mundo.

ENRIQUE VILA-MATAS. Premio Herralde de Novela por El mal de Montano (Anagrama).

Extrañeza ante el mundo y la escritura, la realidad bailando con la ficción en la frontera, derivas callejeras, desazón, laberintos del sentimiento, ajenjo, la Rua dos Douradores, meditaciones en vano, lugares interiores que no conocemos y donde acaba todo. Diario íntimo, poema en prosa, ensayo y ficción, más las visitas al barbero, que son otro género literario. A finales de este 2002 nos llega la edición completa del Libro del desasosiego (El Acantilado) -la de 1984 contenía sólo una cuarta parte del texto- en portentosa traducción de Perfecto E. Cuadrado. El mundo como la imposibilidad de descansar y una obra maestra de la incompetencia en la vida.

TOMÁS ELOY MARTÍNEZ. Premio Alfaguara de Novela por El vuelo de la reina.

Sin destino (El Acantilado), de Imre Kertész, es la lectura que más me ha impresionado este año. Por primera vez, creo, un gran escritor que permaneció ignorado durante casi tres décadas fue descubierto por la Academia Sueca. Su primera novela, acaso la mejor de las que publicó, es a la vez una autobiografía y una crónica de extrema transparencia, en la que los grandes temas de la condición humana fluyen con profundidad, pero como si carecieran de importancia. Nunca había leído texto alguno en que la experiencia del horror contuviera a la vez la experiencia de la felicidad. Las últimas dos o tres líneas de la novela de Kertész resumen sin sobresaltos esa idea: "Incluso allá, al lado de las chimeneas había habido, entre las torturas, en los intervalos de las torturas, algo que se parecía a la felicidad (...) Claro, de eso, de la felicidad en los campos de concentración debería hablarles la próxima vez que me pregunten". He leído traducciones de Sin destino a otras lenguas. La que hizo Judith Xantus para El Acantilado es, de lejos, la más certera.

JAVIER CERCAS. Premio Salambó por Soldados de Salamina (Tusquets).

Si me limito a la narrativa y excluyo la escrita en castellano, dudo entre Austerlitz (Anagrama) -que quizá es el mejor libro de Sebald- y La edad de hierro (Mondadori) -que quizá no es el mejor libro de J. M. Coetzee-. Elijo, no sé muy bien por qué, el último: un libro admirablemente escrito, de una pericia narrativa sin fisuras y una extraordinaria perspicacia moral. Coetzee es, en mi opinión, uno de los grandes narradores vivos.

ÁNGELA VALLVEY. Premio Nadal por Los estados carenciales (Destino).

Evidentemente no he tenido oportunidad de conocer uno por uno los 60.000 títulos que, dicen, se publican cada año en nuestro país. Pero de la ínfima parte de ellos que ha llegado hasta mí, y que he leído, me quedaría sin duda con Historia de un alemán. Memorias 1914-1933 (Destino), de Sebastian Haffner, porque lo leí con un nudo de emoción en la garganta, y me hizo reflexionar mucho sobre el periodo de "entreguerras" que vivimos ahora mismo. Lo que ocurre es que según su © es un libro de noviembre de 2001, aunque haya circulado en 2002. Así que daré el título de una novela: A orillas del lago (Salamandra), de Mary Lawson, una historia de una limpieza y una eficacia narrativa envidiables, que atrapa al lector como la miel a las moscas.

JUAN JOSÉ MILLÁS. Premio Primavera por Dos mujeres en Praga (Espasa).

Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos (Minotauro), de Emmanuel Carrère. El libro es la biografía del escritor Philip K. Dick. Es el mejor libro del año porque cuenta la biografía del escritor del siglo XX que más ha contribuido a cambiar el concepto establecido de realidad. Además, Carrère utiliza al personaje como una coartada por investigar sobre sí mismo.

ALFREDO BRYCE ECHENIQUE. Premio Planeta por El huerto de mi amada.

Mi regreso a España ha coincidido con la lectura de tres libros maravillosos: Las mujeres que hay en mí (finalista del Planeta), de Maria de la Pau Janer, que encuentro que es una especie de canto con sordina y finura a la sensualidad, al erotismo, al amor y a la desaparición de un mundo. El segundo es Los aires difíciles (Tusquets), de Almudena Grandes, que confirma que es una magnífica escritora, y una novela que fascina. Y El mal de Montano (Anagrama), de Enrique Vila-Matas, que sigue siendo un gran y original escritor en español.

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