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La Generalitat retrasa al año próximo su salida de la empresa Tradia

El desacuerdo entre accionistas sobre el precio complica la operación

Tradia, el operador de telecomunicaciones de Acesa, grupo de infraestructuras de La Caixa, inaugurará 2003 manteniendo en manos públicas una pequeña parte de su capital (5%). La salida de la Generalitat de Tradia, negociada desde hace meses, no se producirá, como estaba previsto, antes de que acabe el año, según fuentes de Acesa, que controla el 95% restante de Tradia. Todo apunta a que persiste un desacuerdo sobre el precio.

Acesa cree justo pagar por el 5% en manos de la Generalitat el mismo precio que proporcionalmente pagó por el resto de las acciones de Tradia hace dos años, cuando la antigua Sociedad de Difusión Digital fue privatizada. Es decir, 6,5 millones de euros. El Gobierno catalán quiere más dinero, aduciendo que la empresa se ha revalorizado desde 2000. Fuentes del Gobierno catalán plantearon hace un tiempo la posibilidad de aceptar el precio de Acesa a cambio de compensaciones, no precisadas.

La Generalitat es, gracias a las telecomunicaciones de los Mossos d'Esquadra y de los Bomberos, el primer cliente de Tradia, cuyo negocio no son los servicios de telecomunicaciones al consumidor final sino las infraestructuras necesarias para que otras empresas ofrezcan sus servicios. Un 70% de este negocio se lo aporta el Gobierno catalán, en un escenario derivado del parón que sufre el desarrollo de redes para telefonía móvil. El retraso de esta telefonía de tercera generación (UMTS) lentificó el ambicioso plan de expansión de Tradia por toda España, en el que el operador Xfera, con licencia de UMTS, era un cliente clave para el crecimiento del operador catalán.

Pese a ello y gracias también a los ingresos estables generados por el segmento de la radiodifusión, Tradia espera cerrar el año con una facturación de 54 millones de euros, el doble que en el ejercicio anterior. Hoy cuenta con 720 emplazamientos de antenas operativos (la mitad en Cataluña) pero la cifra ascendería a 1.200 si se le sumaran los no operativos y los previstos por construir.

En este marco, hacerse con el negocio audiovisual de Retevisión (Grupo Auna) sería una pieza estratégica para Tradia, que tiene lista su oferta. La operación difícilmente se resolverá antes de finales de febrero. El interés por este negocio por parte de Tradia reside en su implantación en toda España, lo que permitiría a la empresa catalana aprovechar la infraestructura de Auna para ofrecer otros servicios.

Fuentes del sector subrayan que la presencia de la Generalitat en el accionariado de Tradia, sin ser un factor condicionante, no hace ganar puntos al operador catalán en la puja de Auna, por la que este grupo desearía ingresar más de 600 millones de euros.

La revalorización de Tradia a la que se refiere el Gobierno catalán tiene mucho que ver con esta operación. El día que Auna segregó y puso en venta su negocio audiovisual tras el verano, se abrió un frenético baile con múltiples parejas para Tradia. Acesa siempre había contemplado, aunque sin prisas, abrir el accionariado de Tradia a un socio financiero. Sin embargo, el negocio de transporte de señales de TV de Auna suscitó un vivo interés en una larga lista de fondos de inversión internacionales, lo que les volcó a cortejar al operador catalán, en tanto que único de los potenciales compradores que conoce de primera mano el negocio en venta.

Tradia parecía en un principio el caballo ganador y la vendedora Auna nunca escondió que el negocio del transporte de señales era sensible como para considerar el riesgo de dejarlo en manos de un comprador extranjero y sin experiencia.

Sin embargo, el cortejo de Tradia con los fondos no llegó a buen puerto. Acesa puso sus condiciones. Primero, condiciones de estrategia: una hipotética alianza no debía hacerse colaborando puntualmente en la oferta, sino con Tradia como vehículo. Los fondos debían entrar en su capital.

Y, en segundo lugar, condiciones de precio: en la negociación económica no podía tomarse como punto de partida el precio que se quería pagar a la Generalitat, alegando que a estos fondos se les presupone una voluntad de desinversión a los pocos años para realizar plusvalías. Así, llegó a trascender que Acesa valoraba a su filial Tradia en 350 millones de euros, más del doble de la valoración que se hacía para con la Generalitat. Al menos por ahora, la compañía asegura no buscar socio para esta partida.

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