Las mascotas también comen
Agrolimen refuerza su filial de alimentación animal con activos adquiridos a Nestlé y Mars
El desarme de los monopolios de la alimentación en Europa, espoleado por la política anti-trust de Bruselas, ha reforzado indirectamente la posición del grupo español Agrolimen. Esta empresa familiar, con una facturación cercana a los 1.600 millones de euros, ha relanzado su división de alimentación para animales domésticos, reunida en la filial Affinity, que agrupa activos recién adquiridos por Agrolimen a Nestlé y Mars.
Agrolimen, con una facturación de cerca de 1.600 millones de euros, está controlada por el grupo familiar de los Carulla
Desde que un grupo de juristas y científicos famosos alumbró en 1978 una Declaración Universal de los Derechos del Animal -apenas 30 años después de la Declaración de los Derechos del Hombre-, el cuidado de las mascotas ha ido alcanzando niveles de bienestar jamás imaginadas. En España, un 30% de los hogares posee mascota. Los animales de compañía se han convertido en un negocio ascendente -en Estados Unidos, este mercado facturó 23.000 millones de dólares en 2000- y, según la revista norteamericana Adweek, el aumento del gasto es debido a que los propietarios consideran a las mascotas como de la familia. Al margen de los casos extremos, que abundan la iconografía del consumo de lujo en gatos y perros -como usuarios de collares diamantinos, correas del mejor cuero, mantas de cashmir y perfumes de sándalo a 6.000 pesetas el frasco-, es bien sabido que el corazón animal se conquista por el estómago.
Agrolimen, a través de su filial Affinity, apuesta por expansionarse en este mercado de la alimentación de mascotas. Primero alcanzó un acuerdo con la filial francesa de Mars para la compra de las marcas Advance y Brekkies, una factoria en la ciudad de Orleans, y una planta en Clairmont Ferrant, donde se producen las marcas Premium, Pladg y Royal Chien. Esta última operación ha ido unida a la absorción de la sociedad Petfood Plus, especializada en la fabricación de marcas blancas.
Affinity ha concretado esta estrategia de adquisiciones más recientemente con la adquisición de dos fábricas en Francia y varias marcas, y con la toma de control del 50% de Gallina Blanca Purina, que estaba en poder de Nestlé (el otro 50% ya pertenecía a la empresa española). Al cerrar el trato con Nestlé, Affinity se quedó también con otras instalaciones del grupo suizo en Grecia e Italia.
Este conjunto de operaciones son el fruto de un plan de desinversiones acometido por Nestlé y Mars bajo la supervisión de la Comisión Europea. Bruselas, rigurosa en el cumplimiento de la competencia, auspició las desinversiones de Nestlé, como condición para dar el placet a la compra de Ralston Purina y la marca Friskies por parte de la empresa suiza.
Paralelamente, el Ejecutivo de Romano Prodi aceptó las veentas de Mars como condición para dar su visto bueno a la compra de Royal Canin por parte de la multinacional norteamericana.
Tras estas adquisiciones, Affinity se ha convertido en el tercer productor de la Unión Europea, con un 11% de cuota, detrás de Nestlé Purina (26%) y Mars Royal Canin (18%). "La estimación para este fin de año de facturación es que alcanzaremos los 304 millones de euros", manifiesta Carles Argenté, consejero delegado de Affinity. La capacidad total producida por esta empresa, que es el líder en el mercado español, con una cuota de entre el 32% y el 45%, alcanza las 350.000 toneladas, lo que equivale a decir que cerca de "seis millones de perros y gatos de toda Europa consumen Affinity", remarca el mismo Argenté.
El Grupo Agrolimen, con actividades en alimentación (Gallina Blanca, El Pavo, Sirena), higiene (Ausonia) y comida rápida (Pans and Company, Bocata), y confitería, está controlada al 100% por el núcleo familiar Carulla y tiene presencia en 80 países. El primer ejecutivo del grupo es Artur Carulla, el más joven de los hermanos que forman la segunda generación de la empresa fundada en los años veinte por el ya fallecido Lluis Carulla (padre), que fue un destacado mecenas del entorno nacionalista y unos de los principales financiadores -junto a otros hombres de empresa y promotores, como Felix Millet, Joan Baptista Cendrós, Pau Riera y Joan Vallvé- de Omnium Cultural, una asociación cívica creada en los años sesenta para promover la lengua y la cultura catalanas.
Agrolimen ha basado su estrategia de crecimiento en la compra de otras empresas, con posiciones consolidadas en nuevos mercados. Sus directivos han desestimado siempre la tentación de salir a Bolsa, así como la posibilidad de agregar valor a base de fusiones o de intercambios accionariales con otros grupos. Agrolimen realiza sus compras con recursos propios y bajo niveles de apalancamiento.
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