_
_
_
_
Reportaje:

Las Médulas, paisaje cultural

Una exposición en el Jardín Botánico trae a Madrid toda la espectacularidad de las mayores minas de oro del Imperio Romano

Una exposición en el Jardín Botánico trae a Madrid toda la espectacularidad de las mayores minas de oro del Imperio Romano

Más información
200 millones de toneladas de tierra desplazadas por el agua

"El peor crimen contra la vida humana lo cometió quien se puso por primera vez oro en los dedos, y nadie cuenta quién lo hizo. El siguiente crimen fue el de quien primero acuñó un denario de oro, que también se esconde en un autor desconocido". Al margen de la crítica que el historiador romano Plinio hacía en el siglo I de nuestra era sobre la utilización del oro y sus consecuencias, la extracción del metal más preciado es la razón por la que hoy es posible disfrutar de un paraje tan espectacular y misterioso como las minas de Las Médulas, en El Bierzo (León).

La Junta de Castilla y León ha traído ahora al Real Jardín Botánico una exposición que recoge toda la magia de ese territorio, que une en un único espacio riqueza paisajística y arqueológica. "Hemos querido sacar Las Médulas de El Bierzo para que la gente se anime a conocer un espacio que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad hace justo cinco años", señala Javier Sánchez-Palencia, comisario de la exposición. Ésta pretende "explicar cómo la actividad minera en los primeros siglos de nuestra era transformó no sólo la orografía del lugar, sino también las costumbres de sus habitantes", añade.

La muestra recorre a lo largo de tres salas la formación y explotación durante la época romana de Las Médulas, la que fue la mayor mina de oro de todo el Imperio Romano, cuando éste se extendía desde Cádiz hasta el mar Negro. Además de Las Médulas, muchas otras minas fueron explotadas en la comarca de El Bierzo a lo largo de los cursos de los ríos.

Todo comenzó con la invasión romana de las provincias del noroeste de la Península en el año 19 antes de Cristo, que supuso el sometimiento de las poblaciones astures de la zona. Los pobladores locales vivían hasta entonces en castros, comunidades autosuficientes e independientes, cuya actividad principal era la agricultura. Los astures ya extraían oro de los montes, pero únicamente para destinarlo a la orfebrería. De uno de estos castros, el de Las Labradas, procede el primero de los dos tesoros de Arrabalde -pulseras, collares y pendientes- encontrados en 1980, y que también se puede contemplar en la exposición del Botánico. El visitante puede ver monedas de oro y bronce hechas con el metal de Las Médulas.

La explotación masiva de las minas no comenzó hasta el año 30 de nuestra era, casi 50 años después de la invasión romana y como consecuencia de la implantación por el emperador Augusto de un sistema monetario basado en el oro (los áureos) y la plata (los denarios). Con el sistema augusto, el oro pasaba a ser una prioridad para la estabilidad económica del imperio. Las nuevas monedas facilitaron a los habitantes de los muchos territorios el pago de sus tributos a Roma, mientras que Roma la empleaba para pagar a sus legiones, repartidas por toda Europa, Oriente Próximo y el norte de África. Posteriormente, el empleo de la moneda comenzó a extenderse por todos los territorios y a emplearse en las relaciones comerciales. Una curiosa tabla de precios expuesta en la muestra señala que un esclavo costaba 600 denarios de plata; un mulo, 520 sestercios; una túnica, 15, y un cántaro, 9 ases de cobre.

Pero la estrecha conexión con el sistema monetario augusto, basado en el oro, fue a la vez el origen y el fin de Las Médulas. A comienzos del siglo III, una fuerte crisis monetaria provocó la devaluación de la moneda creada por Augusto y, a la vez, el cierre de la mayor mina del Imperio Romano.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_