"Debe haber una continuidad entre hogar y escuela"

El trabajo empuja a los padres a confiar a sus hijos al sistema escolar a edades cada vez más tempranas. Una realidad no exenta de interrogantes que la Universidad de Mondragón, bajo la dirección del profesor de Psicología Infantil de la Facultad de Humanidades, Álex Barandiaran (Bilbao, 1968), y en colaboración con la Ikastola Arizmendi, está investigando. Su objetivo es diseñar un modelo de escuela infantil (0-3 años) que responda a las necesidades reales de los niños.

Pregunta. ¿Qué hay de cierto en los estudios que apuntan que los niños que se incorporan muy pronto a la escuela tienen más posibilidades de desarrollar vínculos inseguros?

Respuesta. Esa idea está ya superada. Estudios posteriores han puesto de manifiesto que los vínculos inseguros no dependen tanto de que los niños acudan a la escuela a edades muy tempranas, sino de la calidad del centro. Se trata de ofrecer un modelo de escuela infantil que contribuya a que los niños desarrollen de forma óptima sus capacidades cognitivas, lingüísticas, afectivas...

P. ¿Qué requisitos debe cumplir ese modelo de escuela infantil?

R. Es fundamental tener en cuenta el mundo del menor. El niño está genéticamente orientado a relacionarse, pero hay que darle tiempo. Por eso es importante establecer una continuidad entre el hogar y la escuela. El menor no puede percibir una ruptura entre esos dos mundos.

P. ¿Cómo puede favorecerse esa continuidad?

R. Padres y profesores, como responsables del bienestar del menor, han de mantener una buena relación para saber cómo está el niño. Se trata de compartir la vida con el menor.

P. ¿Qué otros elementos hay que tener en cuenta?

R. El espacio. Conectar el hogar y la escuela habilitando en ésta espacios donde el niño pueda tener por ejemplo fotografías con sus padres o sus juguetes. Son puntos de referencia que pueden dar seguridad al crío.

P. El número de alumnos por aula es también importante.

R. Si el educador tiene un grupo grande es muy complicado atender a las demandas de todos los niños. Es mejor grupos pequeños, donde profesor y menor tengan esa posibilidad para el vínculo. Y es importante que no haya muchos cambios de profesorado, porque entonces al menor le resulta muy difícil entablar una relación segura, pues no tiene tiempo.

P. ¿Los educadores infantiles deben mejorar su formación?

R. Si, aunque cada vez están mejor formados. Pero esa mejora debe conllevar una mejor remuneración y un mayor reconocimiento por la sociedad, porque la construcción de una buena base influye en el desarrollo óptimo del menor.