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Isla Mágica frena su caída libre

El parque temático sevillano rehace su trayectoria tras un fuerte recorte de gastos

Isla Mágica estaba abocada al cierre en 2001, con una deuda financiera de 39 millones de euros y pérdidas crecientes cada año. El equipo directivo llegado en 2002 de la mano de las cajas de ahorros propietarias del parque no ha logrado el saneamiento definitivo de la empresa, pero sí al menos invertir la tendencia negativa y su gestión da fundadas esperanzas para creer en la continuidad del parque.

El número de visitas se ha reducido ligeramente este año, aunque es mayor la cifra de visitantes por cada día de apertura del parque

Emilio Carrillo, concejal de Economía del Ayuntamiento de Sevilla, llegó a la presidencia de Isla Mágica hace ahora 10 meses, de la mano de sus nuevos accionistas mayoritarios, las cajas de ahorros San Fernando, El Monte y Unicaja, como solución de urgencia para rehacer la trágica trayectoria económica del parque temático sevillano, asfixiado por los más de 39 millones de euros de deuda acumulados en sus seis temporadas de existencia.

Entonces, en febrero, Carrillo aseguró que el parque daría beneficios en 2005. Pocos meses después, en la apertura de la temporada, preveía como primer paso reducir a la mitad el incremento de la deuda en el ejercicio 2002 y, con ello, romper la tendencia de pérdidas crecientes cada temporada desde la inauguración de Isla Mágica, una cifra negativa que en 2001 alcanzó los 6,61 millones. Las claves, mantener los ingresos de temporadas anteriores, alrededor de 16 millones de euros, y el flujo de visitantes; y reducir los gastos hasta en 2,45 millones.

Además, sobre el futuro del parque temático planeaba la necesidad de resolver esa losa de 39 millones, vista la imposibilidad de Isla Mágica para hacer frente a los pagos pendientes por los créditos solicitados. Carrillo se comprometía a rehacer la gestión corriente de la empresa y, además, convencer a los acreedores de su deuda financiera, un grupo de 17 entidades bancarias entre las que se encuentra el Instituto de Crédito Oficial (ICO), de que les perdonarán al menos el 80% de esa cantidad.

Diez meses y casi un ejercicio económico después, los propósitos de Carrillo, y del director del parque, Antonio Peláez, no se han cumplido a rajatabla, aunque sus esfuerzos sí han servido para, al menos, invertir la tendencia de la empresa, que la mantenía en plena caída libre, abocada sin remedio al cierre, según constató en octubre de 2001 un informe de auditoría elaborado por Andersen.

Aquel estudio de la firma auditora recomendaba siete líneas de actuación imprescindibles para conseguir reflotar económicamente el parque y, así, poder garantizar su viabilidad futura. La actual dirección de Isla Mágica ha ido siguiendo esas directrices casi literalmente desde su llegada a la empresa y, mal que bien y a falta de concretar la más importante de aquellas exigencias, la quita de la deuda financiera, parece que su esfuerzo va dando resultados.

En primer lugar, se recomendó alcanzar acuerdos con Agesa y Cartuja 93 para resolver las deudas existentes con ambas entidades, gestoras de la herencia urbanística de Expo 92 en la isla de La Cartuja y a las que Isla Mágica debe abonar un canon anual por el uso de los terrenos. Con ambas se ha logrado en este ejercicio la recalificación y refinanciación de los impagados, cuya devolución queda ahora retrasada hasta que la empresa consiga volver a tener saldo positivo.

Se recomendó también que los accionistas del parque realizaran nuevas aportaciones de capital, tanto para abonar la parte de la deuda financiera que quede fuera del acuerdo de quita como para satisfacer las permanentes necesidades operativas del negocio. Las cajas de ahorros San Fernando, El Monte y Unicaja, propietarias de la mayor parte del capital de la empresa, han mostrado su disposición a esas nuevas aportaciones que, como la mayor parte de las actuaciones iniciadas, queda supeditada al imprescindible acuerdo con los bancos acreedores.

Se aconsejaba igualmente el rediseño del producto y la realización de fuertes reajustes en la estructura de gastos. En estos dos puntos es en los que más se han aplicado esta temporada los responsables del parque. En un esfuerzo por redimensionar el mismo, la dirección de Isla Mágica ha reducido los días de apertura del parque (de 191 en 2001 a 173 en 2002, prescindiendo de las jornadas que registraban menor afluencia de visitas); han eliminado el horario nocturno, que apenas generaba ingresos para la empresa ya que la entrada estaba acompañada de un bono de restauración; han limitado sus acciones de promoción a su mercado objetivo (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal) y, sobre todo, se han aplicado en la reducción de costes de personal en el segmento de altos cargos, del que han desaparecido varios ejecutivos.

Este esfuerzo deja un saldo que, según explicaba hace unos días el director del parque, Antonio Peláez, es altamente positivo, pese a estar algo por debajo de los objetivos fijados en el arranque de la temporada. El número de visitas se ha reducido ligeramente (803.000 este año por 897.000 del pasado ejercicio, en el que 76.000 correspondían a la promoción nocturna), aunque es mayor la cifra de visitantes por cada día de apertura. Finalmente, los ingresos, diversificados con la celebración de eventos en el parque o con acuerdos de patrocinio, se han quedado en unos 15 millones de euros, pero el fuerte recorte en los gastos (un 17%, 2,9 millones de euros, respecto a 2001) ha dejado un saldo positivo de algo más de 700.000 euros.

Todo ese esfuerzo para reflotar el parque queda aún pendiente de que el grupo de bancos acreedores de Isla Mágica acepte la quita de su deuda, una incógnita que condiciona el futuro de Isla Mágica y que debe quedar resuelta este mismo mes.

El ICO se resiste al perdón de la deuda

El mayor éxito de la nueva dirección del parque puede quedar frustrado por la resistencia del único acreedor público de Isla Mágica. Emilio Carrillo, presidente de la empresa, ha conseguido acordar con los 16 bancos comerciales a los que se adeuda dinero una quita del 73% de esa cifra, de 39 millones de euros. No es el 80% fijado como objetivo inicial, pero los accionistas mayoritarios de la empresa ya se han mostrado dispuestos a abonar mediante ampliación de capital el 27% restante (unos 10 millones de euros). Sin embargo, el Instituto de Crédito Oficial (ICO), titular de la mitad de esa deuda, se niega por ahora a aceptar la quita. Carrillo confía en obtener una respuesta positiva antes de fin de año y asegura que el futuro de Isla Mágica está garantizado, pero las reticencias del ICO son la principal sombra que planea sobre el futuro del parque.

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