Vecinos de un pueblo granadino acusan al Arzobispado de apropiarse de una herencia

Alrededor de una treintena de vecinos del pueblo granadino de Tocón se manifestó ayer a las puertas de la Curia Arzobispal en protesta por la actitud del hasta ahora arzobispo de Granada, Antonio Cañizares, en relación con la finca que dejó como herencia un vecino del pueblo para financiar una residencia de ancianos sin medios y que, según ellos, la Iglesia granadina se ha apropiado.

Los vecinos relataron que, a mediados de los años ochenta, un habitante del pueblo, Carlos Arévalo, dejó al morir como herencia una finca de 300 hectáreas que da una renta de beneficios al año de 480.000 euros (unos 80 millones de pesetas). En el testamento se estipulaba que el fin de aquellos beneficios debería ser la construcción de un colegio de educación primaria gratuito para los niños del pueblo, una dotación de becas para estudios civiles y eclesiáticos y la asistencia a los ancianos sin recursos del pueblo con la creación de una residencia de la tercera edad. El testamento también imponía la condición de que se creara una fundación que estaría presidida por el arzobispo de Granada y tendría entre sus miembros a dos representantes del pueblo.

Lejos de cumplir con aquellos requisitos, según explicó ayer el portavoz de los vecinos, Miguel Ángel Espejo, el Arzobispado de Granada tardó años en constituir la fundación, de la que excluyó a los vecinos del pueblo (unos 1.100) y vendió la finca a unos propietarios privados.

Cuando los habitantes de Tocón, pedanía de Illora, conocieron esas actuaciones, se inició una oleada de protestas. Para acallarlas, el arzobispado abrió el pasado mes de julio una residencia de ancianos. Sin embargo, las 21 plazas disponibles no son para gente sin recursos, sino para personas que puedan permitirse pagar 721 euros al mes (120.000 pesetas). Los habitantes del pueblo que no tienen esos recursos tienen que ceder sus propiedades y sus posibles herencias a la Iglesia para acceder a una plaza, según denunciaron los vecinos.