Una parroquia malagueña se ha convertido en centro de acogida para 59 extranjeros
La falta de recursos para atender la constante llegada de inmigrantes y las dificultades de éstos para alquilar ha convertido a la iglesia de la barriada malagueña de Carranque en un improvisado centro de acogida. Allí viven desde hace dos meses 59 extranjeros.
El párroco, Ángel Rodríguez, explicó ayer que "abrió" las puertas de la iglesia porque muchos estaban durmiendo en la playa o en furgonetas. El cura ha ideado además un carné para que los acogidos puedan demostrar si es necesario que no viven en la calle, "sino que tienen un domicilio". Rodríguez aclaró que a los extranjeros que encuentran un empleo, la Plataforma en Solidaridad con los Inmigrantes trata de ayudarles a conseguir una vivienda y a que se independicen. Pero no es fácil porque algunos están en situación irregular y no pueden acceder a un trabajo.
Por otra parte, esa organización denunció ayer la negativa de la Subdelegación del Gobierno a permitir que una comisión formada por ONGs entre al centro de internamiento de Capuchinos, donde están los inmigrantes pendientes de expulsión. Esas organizaciones pretenden constatar las denuncias de internos que aseguran que la orden que regula esos centros se incumple de forma sistemática ya que no hay ni servicio de asistencia social ni de intérprete. La Subdelegación ha rechazado la solicitud con el argumento de que la visita de la comisión vulneraría el derecho a la intimidad de los inmigrantes. La plataforma ya ha solicitado el amparo del Defensor del Pueblo andaluz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.