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El consejo del grupo Fiat afronta la continuidad de sus dos máximos ejecutivos

La crisis podría afectar al presidente Paolo Fresco y al consejero delegado, Gabriele Galateri

El Consejo de Administración del grupo Fiat se encontrará en las reuniones de hoy y mañana con la difícil situación de afrontar la continuidad de sus dos principales dirigentes, el presidente, Paolo Fresco, y el consejero delegado, Gabriele Galateri de Genola, que, según diferentes medios italianos, han anunciado su dimisión, sin que la empresa lo confirmara. Los rumores sobre un cambio en la cúpula de Fiat son insistentes desde hace tiempo, pero anoche subieron de tono. Incluso se dieron los nombres de los sustitutos: Gian Luigi Gabetti, que ocupará la presidencia, y Enrico Bondi, como consejero delegado.

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Paolo Fresco, "el americano" que llegó a la presidencia del grupo el 22 de junio de 1998 para sustituir a Cesare Romiti procedente de General Electric, atraviesa sus momentos más duros desde que llegó a la presidencia de Fiat. Fresco ha intentado todo tipo de operaciones para evitar la crisis actual. Entre ellas destaca la venta, en 2000, del 20% de Fiat Auto al coloso de Detroit General Motors, que incluía el compromiso de venderle el restante 80% a partir de 2004.

Los mayores problemas a los que han tenido que hacer frente los ejecutivos de Fiat comenzaron cuando la acogida del mercado a los nuevos modelos, sobre todo el Stilo, no fue lo calurosa que todos esperaban y que el grupo necesitaba. La marca Fiat no ha dejado de retroceder en las listas de ventas en Europa e incluso en Italia, su feudo. Los datos de noviembre, que han plasmado una caída del 22% en las cifras de ventas, no han mejorado las cosas.

Fuerte deuda

Si Paolo Fresco ha tenido tiempo de poner en práctica sus "recetas" de gestión, no se puede decir lo mismo de Gabriele Galateri, que sólo lleva cinco meses en el cargo de consejero delegado. Galateri sustituyó a un hombre del grupo, Paolo Cantarella, forjado en el estilo de la casa y defenestrado el pasado verano.

La posición del grupo, con casi 6.000 millones de euros de deuda y la amenaza de un veredicto negativo a la calificación de su deuda por parte de la agencia Moody's, no ha dado mucho margen de maniobra a ninguno de los dos. Y los desesperados intentos de asegurar la posición de Fiat, como el acuerdo con los principales bancos italianos que inyectaron 3.000 millones de euros en el grupo con la promesa de una reducción a la mitad de la deuda, no han surtido el efecto previsto.

La crisis se produce además en un momento delicado para la familia Agnelli, principal accionista del grupo, con el patriarca, Gianni Agnelli, gravemente enfermo y sometido a tratamiento médico en los Estados Unidos. El plan industrial acordado por Fresco y Galateri para afrontar la pérdida de cuota de mercado y racionalizar los gastos, acababa de ser aprobado por el Gobierno, el jueves.

Las voces sobre el cambio en la cúpula de Fiat se han conocido en el día en que el grupo automovilístico italiano comenzó a aplicar su anunciado recorte de 8.100 empleos. La ruptura la pasada semana de las negociaciones entre la empresa y los sindicatos ha desembocado en la inmediata entrada en vigor del fondo de garantías salariales para 5.600 trabajadores repartidos en cuatro factorías. Otros 2.500 empleados se han visto obligados a acogerse, paralelamente, a la llamada movilidad, un periodo previo a la jubilación o al despido.

Desde que fue anunciado el plan, que cuenta con el respaldo de los bancos y ha recibido apoyo al menos verbal de la GM, se han sucedido huelgas, manifestaciones y concentraciones de protesta en todo el país. La última y más sonada, tuvo La Scala de Milán por escenario, porque la dirección del teatro accedió a leer una durísima nota de protesta contra los despidos de Fiat el 7 de diciembre pasado, noche inaugural de la temporada de ópera.

La noticia de la doble dimisión se produjo ayer al final de una jornada caracterizada por las manifestaciones y las concentraciones de protesta en las fábricas de Mirafiori (Turín) y de Termini Imerese (Sicilia), las dos más afectadas por la primera tanda de despidos que se hicieron efectivos ayer. Para 5.600 empleados de la casa automovilista se cerraron las puertas de las fábricas, en espera de que el mercado se recupere.

Un grupo de trabajadores protestan ante el <i>stand</i> de Fiat en una feria de Bolonia.
Un grupo de trabajadores protestan ante el stand de Fiat en una feria de Bolonia.EPA

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