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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Todo bien?

Dicen que la historia se repite, o al menos se parece. Para Marx, sus etapas eran: Tesis, antítesis y síntesis. La lucha del explotador y el explotado. Pero lejos de si la historia se repite o no, lo que está claro es que hay cosas que no cambian, que siempre son similares. Por ejemplo, siempre ha habido ricos y pobres, en consecuencia el reparto de la riqueza nunca ha sido equitativo, y hoy tampoco.

Sin ir más lejos, baste con mirar a nuestro alrededor. En España (estadísticas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) hay entorno a ocho millones de personas que malviven bajo el umbral de pobreza, aproximadamente un 20% de la población. Pero "¡España va bien!".

Nuestro PIB apenas ha crecido en los últimos años, pero sí la productividad empresarial. ¿A costa de qué? Pues a costa del factor trabajo: Generando desempleo. Para la economía capitalista, el desempleo es necesario, es una forma de reducir costes (todos sabemos qué pasa cuando hay mucha gente demandando empleo).

Pero no se preocupen, el artículo 41 de la Constitución nos garantiza un subsidio por desempleo. Subsidio, sin embargo, al cual no puede acceder cualquiera. ¿Sabía que somos el país de nuestro entorno en el cual se exigen más requisitos? No, ¿verdad? (a parte de que las cantidades en el 90% de los casos son irrisorias para el nivel actual de precios, que no de vida).

Por cierto, en Andalucía y Extremadura ya tampoco tenemos el Plan de Empleo Rural (PER), tirando así los derechos de los asalariados del campo a la basura (si es que alguna vez los han disfrutado). Al parecer, todos los andaluces y extremeños somos unos vagos, unos flojos, unos maleantes, unos estafadores... (aunque todos sabemos quién se llena los bolsillos con lo de los demás). Pero, "¡España va bien!". Tan bien que hay que esconder lo que piensa el pueblo. El martes 26 pudimos comprobar cómo se pisan los derechos tan fundamentales, hablando en términos jurídicos, como el de manifestación y libertad de opinión, el de la vida (lesionando la integridad física) y, en definitiva, los del ser humano como tal. Y todo esto porque a alguien no le gusta sacar sus trapos sucios ante nuestros invitados (curiosamente, sus trapos sucios somos nosotros).

P. D. Gracias a todos aquellos para los que la sumisión no ha de existir, gracias por reivindicar lo que es vuestro, gracias por luchar por vuestros derechos.

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