Los holandeses Driessens y Verstappen ganan la cuarta edición de Vida 5.0
Erwin Driessens y Maria Verstappen volvieron a ganar el Vida 5.0, el concurso artístico basado en conceptos y tecnologías de vida artificial, que organiza por cuarto año la Fundación Telefónica.
La pareja holandesa ya ganó el primer año con un pequeño robot que se relaciona con el ser humano a través de sensaciones táctiles. Ahora su galardonado Tickle Salon es un aparato que recuerda a la máquina de tortura que describió Kafka en Colonia Penal, aunque en este caso su función es dar placer. Se trata de una bola metálica dotada de flecos que puede moverse en tres dimensiones, rastreando el cuerpo desnudo. Un sensor de reacción controla su presión y un programa, que va creando un modelo tridimensional del cuerpo, le permite aumentar su capacidad de iniciativa.
El segundo y tercer premios fueron compartidos entre un proyecto norteamericano y otro español. The Relative Velocity Inscription Device, del estadounidense Paul Vanouse: un aparato que hace carreras entre los genes que el artista ha extraído a los componentes de su propia familia birracial, con el objetivo de ver lo absurdo de la eugenesia y plantear los problemas sociales que tienen las técnicas de ingeniería genética.
Levántate, de la española Mariela Cádiz y el británico Kent Clelland, se basa en la fantasmagórica imagen de un cuerpo femenino que se descompone por los sonidos ambientales, de modo que las voces y los ruidos producidos por los espectadores contribuyen al ritmo de la descomposición.
El premio del incentivo recayó en Mosqueado, un ecosistema de moscas que persiguen al público, del mexicano Mario Aguirre; y Muerte Artificial, del colectivo madrileño Mmmm..., un virus que se nutre de la información de Internet y se superpone a cualquier programa, desactivando píxels proporcionalmente a la deforestación del Amazonas.
