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Los nuevos realizadores españoles piden más ayudas para luchar contra el gigante americano

Los directores de la sección 'opera prima' analizan la distribución del cine español

Ocho realizadores españoles que firmaron el año pasado su primer trabajo cinematográfico reivindicaron ayer el papel de las ayudas oficiales para luchar contra la industria americana dentro de la mesa redonda que la Mostra de València celebró para analizar los problemas de la producción y distribución de películas primerizas. Los directores, que compiten en esta edición del festival dentro de la sección opera prima, resaltaron que el gran problema del cine español está en la distribución de los filmes, un territorio que está copado por producciones norteamericanas de baja calidad en muchos casos

Antonio Llorens, Luis Marías, Álvaro García Capelo, Miguel Alcantud, Isaki Lacuesta, Ramón Salazar, Julio Wallovits y Roger Gual tienen en común una cosa. Todos ellos han logrado que su primera película como directores, "que es algo así como el primer polvo que echas" según la expresiva definición de Marías, viera la luz el año pasado. Unos han cosechado éxito con su opera prima, caso de Wallovits y Gual, autores de la sorprendente Smoking room, y otros todavía no han podido enseñar al público un trabajo que, en algunos casos, les ha llevado media vida, como ocurre con Llorens y su Aprés le trou.

Todos ellos debatieron ayer en una mesa redonda coordinada por el periodista Rafa Marí la problemática de iniciarse en el tortuoso camino de la dirección en el cine español. Y lo hicieron cargando las tintas sobre la enorme influencia que ejerce la industria norteamericana sobre la distribución de películas en España. "En mi caso", contó Luis Marías, director de X, "no tuve dificultades de producción, pero a la hora distribuir la película caí en las garras de la Columbia, que ya tenía previsto el estreno de Spiderman y que concedió de antemano sólo tres semanas en cartel a la mía".

Los directores evitaron intencionadamente hablar de las cuestiones de producción, "porque hablar de dinero es muy aburrido" como dijo Roger Gual, para centrarse en la distribución, el auténtico embudo en el que se atascan muchas de las películas de directores desconocidos. "Las películas no se estrenan porque el sistema de exhibición de multisalas no te lo permite", indicó Miguel Alcantud, director de Impulsos, ya que dichas salas programan filmes correspondientes a los lotes que "venden las multinacionales junto con superproducciones como Men in Black", en palabras de Marías.

Para salvar ese obstáculo, los directores reconocieron la utilidad de las ayudas oficiales que concede el Ministerio de Cultura, ya que "si no hay apoyo de la Administración no se encuentran fórmulas para competir", como dijo Álvaro García Capelo, director de Canícula. Otra cosa es que después la película llegue al gran público porque "la ayuda no exige que sea lanzada la película", según García Capelo, por lo que "no sirve para nada", en palabras de Alcantud.

Ramón Salazar, director de Piedras, apostó por "seguir haciendo un cine de calidad como el que estamos haciendo", una declaración cuyo mejor ejemplo es Smoking room, que demuestra, como señaló su co-director Roger Gual, que "es posible hacer una película modesta y llegar a las salas comerciales".

Eso sirve para aquellas películas con un cierto tirón comercial, pero no para obras como Aprés le trou, de Antonio Llorens, quien afirmó que "si no hubiese ayudas no podría salir adelante un proyecto difícil de vender". El caso de Llorens es paradigmático de lo que la actriz Mariola Fuentes, presente en la sala, definió como lo verdaderamente difícil en el cine nacional: "Hacer la película que tú quieres hacer y no la que te imponen que hagas". Junto a Fuentes, estuvieron presentes en el debate las también actrices Ana Risueño y Adriana Domínguez, quienes resaltaron la complicación de dirigir "una película pequeña".

Pese a todas estas dificultades, los realizadores debutantes, por boca de Luis Marías, apostaron decididamente por sus productos como "las mejores películas que se han hecho este año en España". Y eso que, desgraciadamente para ellos, "mientras el modelo de productor en Portugal es Paolo Branco, el modelo en España es Antonio Vicente [Gómez] y el modelo de director, Santiago Segura", en opinión de Isaki Lacuesta, director de Cravan vs Cravan. "Y creo que ninguno de nosotros quiere ser un director como Santiago Segura", apostilló Alcantud.

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