El escaparate de la discordia

¿Arte o provocación? El motivo de decoración navideño elegido por una tienda de ropa, situada en pleno centro histórico de Gandia, ha suscitado la indignación entre el sector eclesiástico de la ciudad. La escena muestra una particular interpretación sobre el nacimiento de Jesucristo. Dos maniquíes, que representan a la Virgen María y a San José, juguetean entre las sábanas de una cama. A los pies del lecho yace un niño Jesús negro. Los tres Reyes Magos presencian la escena amorosa, pero en vez de "oro, incienso y mirra", como relata la tradición cristiana, ofrecen al matrimonio un ejemplar del "Kama Sutra", una muestra del "licor del paraíso" (un brebaje inventado por un empresario gandiense que asegura efectos afrodisíacos a quien lo prueba) y polvorones. Completa la escena un pastorcillo que ofrece a los amantes un paquete de "leche en polvo" de una conocida marca española de lácteos. Un mural lleno de preservativos, con un crucifijo en medio, sirve de fondo y remata el decorado. La obra ha sido realizada por el joven artista gandiense Joan Sapena.

La escena es "hiriente" e "insultante", según el abad, que la tacha también de "blasfema"

Durante el fin de semana, han sido numerosos los curiosos que han acudido a la tienda para presenciar la escena, provocando incluso colas frente al escaparate. La respuesta de la Iglesia gandiense no se hizo esperar y ayer distribuyó un comunicado. El escrito, firmado por el abad de la Colegiata de Gandia, Alberto Caselles, calificaba el decorado de "grave espectáculo", e instaba a los feligreses de la parroquia a que dejaran de comprar en el establecimiento. "Como creyentes hemos de evitar que con nuestro dinero se puedan fomentar situaciones de este tipo, y eso se hace no comprando en lugares donde públicamente se ataca a la religión", decía textualmente el documento. Según el abad, la escena, que tilda de "ofensiva", "trata de representar un nacimiento pero utilizando un tono hiriente, insultante para las creencias de todo cristiano y a la vez blasfemo".

El propietario de la tienda de ropa, Antoni Gomar, salió ayer al paso de las críticas. El escaparate, manifestó Gomar, "es una obra de arte", y el motivo de la ambientación "no tiene carácter comercial sino reivindicativo de la libertad de expresión". El dueño del establecimiento remitía asimismo al artista para cualquier explicación del contenido de la escena.

A Joan Sapena, creador del decorado, la polémica le pilló casualmente en Roma, sede del Vaticano. Sapena calificó de "inquisitorial" la respuesta de la Iglesia gandiense a su obra, que definió como una "interpretación contemporánea del Portal de Navidad". En previsión de posibles críticas, reproduce junto a la escena dos citas de Oscar Wilde a modo de advertencia: "El artista no es nunca morboso, lo expresa todo. Llamar morboso a un artista porque trata estados morbosos, es tan ridículo como llamar loco a Shakespeare porque ha escrito El Rey". "Es conveniente poner límites a la acción, pero no conviene poner límites al arte", añade el artista parafraseando al escritor irlandés. Sapena argumentó ayer que con la obra ha pretendido "desacralizar" y "humanizar" la escena tradicional del nacimiento de Cristo. "El artista es un comunicador", defendió, y aseguró que había recibido numerosas felicitaciones. Sapena recriminó la actitud "represora" del sector eclesiástico en un país "tolerante".

Los propietarios del establecimiento de ropa que reproduce la escena optaron finalmente por retirar la obra ante la expectación y malestar que ha generado. Por la mañana habían aparecido las primeras pintadas contra el escaparate, e incluso algunas personas acudieron a la tienda y profirieron insultos a los dependientes. La polémica ha traspasado las fronteras españolas y algunos medios de Italia, entre ellos el diario La Nazione, ya se han hecho eco de la noticia.